A los aficionados a la buena música nacional Audience deberían ser un nombre que les resultara familiar. Y si no es ya por el buen hacer desde el indie-rock al post-hardcore pasando por el blues de sus dos primeros discos, «Some Lovely Hands On Dry Skins» y «Second Handed», al menos debería ser por concursos como el Villa de Bilbao o el Proyecto Demo, tristemente los mayores reconocimientos a que un grupo puede aspirar en este país.
Tal y como empieza «Playing Sad Our songs» parecen increíbles un par de cosas. La primera que sean de Gernika(Vizcaya). La segunda, que sea una banda que alguna vez haya sido etiquetada como post-hardcore. No obstante este blues-rock americano de voz tradicionalista da paso a jugueteos y rupturas de ritmo que finalmente desembocan en los desquicios indie de «B Wants To Play» sobra una base blues.
Para cuando entra en acción la juguetona «Just a Ride», nos damos cuenta de que Audience han regresado con un disco experimental una vez mas, pero más centrado a la diversión del rock n roll que nunca y al que le falta esa vertiente más oscura o agresiva de antaño. En realidad en temas como «Walking in the Street» coquetean con funk y blues, y si puede que sigan teniendo algo de indie-rock esa parte les viene de la manera de tratar sonidos clásicos como ya hayan hecho Blues Explosion o de una forma diferente sus vecinos de Atom Rhumba.
Sin embargo no es el de Audience un popurrí en el que todo valga, las guitarras llenas de tensión añaden matices de gravedad a estos sonidos de raíz americana, así como los gritos y el caos vocal sustituyen en buena medida lo que podría ser una voz más convencional, aspecto que podría echar para atrás a los más puristas del rock sureño. Al mismo tiempo se le da un mayor relieve a la instrumentación, en ocasiones intrincada y cercana al jazz.
La segunda parte del disco se sumerge más en un tono country y tristón. Así sucede en «Well Done», melancólica aunque de tempo vivaz. Delicioso es el encanto campestre que desprende la placidez de «Farmer» y uno se pregunta que puede llevar a unos chicos de un pueblo vasco a querer ser granjeros al estilo americano. Por supuesto, la respuesta está en la música. La tristeza de porche llega de nuevo revestida de épica costumbrista en «Kingdom» y en clave casi instrumental «Wanna Have Fun«, termina por desembocar en un intimismo que recuerda al de su compañera Ainara Legardon. Eso si, el tono bluegrass medio festivo cierra el disco con «In A Small Town», buen material de baile de granero, que duda cabe.
Los seguidores de Audience siempre se han dividido entre quienes apostaban por su sonido más tradicional y los defensores a ultranza de la experimentación. Los primeros han salido ganando en esta nueva entrega, pero en realidad todos han salido ganando de tener cuatro años después, otro disco de un quinteto que juega en una liga diferente. En «Trying Wings On Root» (bonita metáfora de lo que hacen) la banda subordina el riesgo al sabor del blues-rock y ojala que todos seamos capaces de degustarlo.