Tan injusto como imposible hablar de este primer largo de AtletA sin hacer referencia a 12Twelve, experimental banda barcelonesa que desestructuró el rock hasta volverlo free jazz con mayor éxito de crítica que de público, como cualquier propuesta avanzada que se precie. Años después tras coquetear con varios proyectos, dos de sus miembros regresan para continuar con AtletA, otra banda instrumental pero de carácter más digerible y psicodélico.
Y es que también han pasado unos años, la música instrumental ha cobrado vida rivalizando con bandas tradicionales de rock y se ha normalizado todo de forma que al aficionado medio de la música underground no le pesa escuchar discos sin una sola voz, cosa que antes era toda una anécdota. En cualquier caso la escucha de «Catedrales» tampoco es un camino de rosas, ya que sus composiciones cuentan con un potencial no desvelado de primeras.
Ya desde el principio el dúo muestra su inquietud instrumental navegando por texturas jazzísticas y ritmos agitados («Evasión y Victoria») o psicodelia tintineante («Perros Estelares»). Es casi de agradecer viendo como andan las modas, que sus canciones, pese a contar con esa componente hipnótica que les haría relativamente fácil extenderse a canciones en torno a 10 minutos, jueguen con minutajes más bien clásicos o ligeramente superiores, en torno a los cuatro minutos.
«Casamiradas» pone el acento en el nervio rítmico creando un tema de post-rock vibrante y luminoso, siendo «Héroe Cobarde» una contrapartida más oscura y cinematográfica. Otra delicia rítmica llegará de la mano de «El zombi y el psi», tal vez el tema más instantáneo del disco, una estampida psicodélica entre reverberaciones y luces estroboscópicas. Una forma contemporánea de interpretar el kraut-rock de Neu!. Esa vena de avanzados setenteros está muy presente en «Catedrales», como conjunto y en pasajes sonoros de grave ciencia ficción como los de «Sabbia Nera» o el chirriante cromatismo de «Voces de la Selva Cósmica» con un punto shoegazer.
En cuanto al popular post-rock, género que no sería partidario de adjudicarles muy a la ligera, tiene sus ecos en «Amor 500». El dúo se sume aquí en terrenos que chocan el desolador drone de Earth con los rumores de Explosions in the Sky. «Sinopsis» también va por los terrenos ambientales, en este caso más secos y rozando la depresión al rasgueo de la guitarra.
«Catedrales» no es sino la prueba de que pocos talentos musicales se apagan sin más y aquí las dos piezas del engranaje (que parecen muchas más y cuyas fronteras se emborronan entre sintetizadores y pedales) parecen funcionar en la misma onda, facturando uno de los discos de rock instrumental más cautivadores que se haya escuchado por estos lares últimamente.
