/Reseñas///

Art Brut – It’s a Bit Complicated

Art Brut - It's a Bit Complicated portada
EMI / Mute, 2007
Productor: Dan Swift
Banda: Eddie Argos, Ian Catskilkin, Jasper Future, Freddy Feedback, Mikey Breyer

Géneros: ,

6.8

Art Brut es un nombre bastante apropiado para una banda que trata precisamente de aunar ese sentimiento primario del punk con la estética del pop. Esto es algo que lleva unos cuantos años de moda, por lo menos desde que los Strokes hicieran aparición. Art Brut no son neoyorkinos sino británicos pero seguro que comparten más de un referente.

Sin embargo el quinteto que nos ocupa se enfocaría de forma clara a referentes como los Buzzcocks o The Fall, de cuyo cantante Mark. E. Smith toman prestada la forma de cantar recitando. También por esa mezcla de melodía y aspereza pueden recordarnos a unos Pavement garajeros. El caso es que «It’s a Bit Complicated» supone para el quinteto la reválida tras la expectación despertada por su primer disco y podemos decir que lo consiguen hasta cierto punto.

Y es que la de Art Brut era una de las continuaciones más difíciles que pueden darse en el mundo del rock, la de una joven banda caracterizada por su frescura, su descaro y ese espíritu adolescente tardío que tanto se aprecia en muchas nuevas bandas. Valores a los que la madurez afecta, de forma irremisible. Por ello, los de Eddie Argos han creado una especie de paso intermedio, estirando la fórmula sin repetirse por completo.

A los mismos Strokes comienzan recordando en el ambiente melódico «Pump Up The Volume», dominado por un rítmico riff, para agitarse en uno de los momentos más punks con «Direct Hit». La banda continúa utilizando títulos y letras llenos de ironía y burla de su propia música. La fórmula en principio limitada tiene bastantes matices, desde momentos de mayor economía post-punk como «St Pauli», alguna conexión más pop como «Late Sunday Evening» (donde incluso Blur asoman) y grandes guitarras que recuerdan a las mejores melodías de Weezer y coros en «I Will Survive».
Y es que lo realmente plausible en una banda fácilmente encasillable en el fenómeno indie es el poco rubor que tienen para arrancarse con motivos abiertamente rockeros. Desde los riffs de «People In Love» al ambiente art-punk de «Jealous Guy» hasta el inaudito solo de «Blame It On Trains». Y porque no, también se agradece el toque festivo de un disco que pasa totalmente de baladas y de medios tiempos para oscilar entre el indie-pop en tensión y el rock directo sin tener que recurrir demasiado a la velocidad.

El disco pues cuenta con varios momentos brillantes, unos más evidentes y otros más escondidos, pero pese a todo, resulta bastante lineal. Y es que cantar de esa forma es un gran handicap, tanto que incluso los 33 minutos del disco se llegan a hacer largos. Eso si, en el aburrido, revivalista por naturaleza y tremendamente poco sólido panorama mediático del indie moderno, asoman un par de cabezas.

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1 de enero de 2007