La nueva entrega de los malagueños Airbag puede tener muchas lecturas con su bajada de revoluciones, pero por fin podemos irnos contentos con que nos han traído un sonido y una ecualización prácticamente perfecta. Suponemos que el mérito es de Carlos Hernández, productor del disco, pero sabemos que todo viene gracias al largo y duro trabajo del trío a lo largo de los años.
Del resto podríamos discutir mucho entre todos, pero creo que de lo que tampoco hay mucha duda es que Adolfo ha vuelto a crear unas melodías vocales incontestables y que la banda sigue sonando tan compacta como siempre. Alguno querrá ver el nuevo paso de gigante hacia el power pop dejando cada vez más atrás el punk pop vitaminado como algo negativo, pero cuando te enfrentas a piezas tan redondas como “Nuestro Invierno”, “Tráiler” o “La Cueva” no puedes hacer otra cosa que no sea disfrutar.
Es cierto que han dado de lado a Ramones y a sus adorados The Queers, dejando apenas un pildorazo de letra divertida como “Opencor” y que el tono de todo el disco es mucho más pesimista y triste. Mucho menos veraniego. Mucho más loser, y por tanto mucho más Weezer, y ahí entra esa distorsión que entra como una exhalación en “Veintidós” o en “Tu Cumpleaños” en mitad de un tempo calmado. Fluctua tanto en el Mundillo Weezer que hasta aparecen teclados y sintetizadores que directamente nos llevan a acordarnos de The Rentals, como en “El Último de los Veranos”.
Ese acercamiento al power pop no sólo es a su vertiente más cercana al punk rock colegial que tan bien se le daba a Rivers Cuomo, también hablamos de unos momentos muy Teenage Fanclub o The Buyrds en lo que a melodías vocales respecta. En concreto, los juegos vocales que consiguen con Mai Meneses de Nena Daconte en la propia “Tráiler” o con Laura Mailit en “Nuestro Invierno”. Quizás en un ambiente mucho más cercano a sus adorados 60’s lleguen otras colaboraciones estelares que de nuevo redondean con coros concisos y ajustados como el de Josema de Los Hermanos Dalton en “La Ola Perfecta” o la de la formación completa de Los Nikis en “Opencor”.
En definitiva un disco que por su sonido mucho menos variado y más claro consigue funcionar mejor como un todo que en obras previas, pero que peca de no tener los hits divertidos e inmediatos que siempre nos han regalado los de Estepona. Al menos el giro al power pop no puede dejar dudas de que es el giro a la madurez que mejor les venía.
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