En los últimos años, la nostalgia aprieta. Acuciados por la crisis global y de la industria musical, los promotores buscan el valor seguro; reuniones de artistas que alcanzaron la gloria en décadas pasadas. Cualquier estilo vale y cualquier década también. Los 70, los 80, 90…, todos quieren ver a sus ídolos de juventud o tachar de la lista a esa banda que nunca pudieron ver años atrás.
No hay excepción a la regla. Desde una banda tan decisiva del rock y el metal como Black Sabbath, que por fin parece llevar a buen puerto su gira superados algunos problemas de salud; hasta formaciones de culto como Neutral Milk Hotel, confirmados ya para el Primavera Sound; o, en las antípodas en cuanto a fama, fenómenos del pop como Backstreet Boys, que nos visitarán presentando su nuevo disco en directo. Todos vuelven para reencontrarse con un público que les espera en salas, estadios o festivales.
Los más esperados
Si hay algo que a muchos nos tiene en vilo estos últimos meses es la reunión de los Replacements. Desde que Tommy Stinson y Paul Westerberg se juntaran para grabar un EP las ilusiones se avivaron. Todo estalló con su participación en las diferentes ediciones del Riot Fest. Todas nuestras esperanzas están puestas en un Primavera Sound en el que seguramente caerían si se dignan a pasar por Europa, algo que según corre el tiempo parece menos posible, pero la ilusión es lo último que se pierde.
Algo menos sonado es el regreso de The Dismemberment Plan, que vuelven y con nuevo disco bajo el brazo. Una de las bandas que más libremente se tomó aquello del post-hardcore de Washington DC. Su “Uncanney Valley” les devuelve si acaso más pop y a la vez experimentales que nunca. Un caso más dividido es el de Nine Inch Nails, entre quienes creen que su última obra está a la altura y los que no ven con buenos ojos la trayactoria de Trent Reznor.
Reuniones imposibles vs. reuniones no deseadas.
Hay reuniones especialmente complicadas, por ejemplo cuando parte fundamental de la banda ya no está con nosotros o tras una separación muy poco amistosa. Pero hay otras que simplemente los fans no pueden entender que no lleguen. Un caso claro de esto último serían Fugazi, que ni siquiera están oficialmente extintos, simplemente inactivos de forma indefinida. La decisiva banda de post-hardcore es reacia a aportar ningún dato sobre su posible futuro. De acuerdo con su carácter al margen de la industria, no nos extrañaría que no se reúnan simplemente por haberse convertido este proceso en la moda más rentable del rock en nuestros días.
En el polo opuesto están sus compañeros de Black Flag que este año han sido devueltos a la vida por su artífice Greg Ginn en una estrategia para todos los gustos. ¿Prevalece el derecho del artista a reunirse o el de los fans a esperar algo a la altura de la leyenda? Es una cuestión complicada. Hace un par de años tuvimos el tampoco muy afortunado caso de At The Drive-In, en el que no toda la banda parecía igual de implicada.
Un caso aparte es el de David Bowie. El Duque Blanco sorprendió a propios extraños con nuevo disco este año sin previo aviso. ¿Romperá algún día ese voto que ha hecho de alejarse de los escenarios? Si algo nos enseña la historia del rock es que las estrellas son muy volubles y basta que se nieguen en rotundo a algo para que, tarde o temprano acaben haciéndolo.
En los últimos años hemos vistos reuniones de todo tipo: Refused, Pixies, Wu Tang Clan, Blur, Soundgarden, Godspeed You! Black Emperor, My Bloody Valentine… ya nada nos asombra. Así las cosas, ¿cuánto tardarán en reunirse Oasis? ¿Y R.E.M.? ¿Veremos alguna vez a The Smiths juntos en un escenario? ¿Y a Talking Heads? ¿Y a Hüsker Dü? ¿Y tú, qué banda esperas que se reúna de una vez?