Jon Allen nació en Winchester, se graduó en el Liverpool Institute of Performing Arts y ahora reside en Londres, pero parece que la raíz musical le viene directamente de Norteamérica. «Creo que el de dónde vienes importa menos de lo que lo solía hacer en términos de cómo eso influye en tu sonido porque la música pop ahora es tan internacional y toda la gente se ve bastante expuesto a ella en cualquier parte del mundo, salvo raras excepciones. Por otra parte, ser un chaval que fue criado en el campo puede que haya influido en mi carácter y en lo que me afecta musicalmente. Me gusta la música que tiene un sentimiento de sus orígenes y no es demasiado perfecta, derivando de formas musicales tradicionales como el blues, el jazz y el country». Algo igual ocurre cuando hablamos de espacios temporales, pues siempre se le compara con los cantautores de los 60 y 70. «No es sorpresa que esté bastante metido en ese periodo de música y la escuche a menudo, así que supongo que por eso se filtra en lo que yo escribo».
Otro de los casos que suelen salir a relucir de su historial es cómo su paso por un anuncio de coches lo catapultó a cierto reconocimiento en Reino Unido. «Ese anuncio hizo que mi música llegase a cierta gente influyente en el negocio musical de Reino Unido, que ayudó al resto de mis canciones a ser escuchadas por un público mayor». En España, la cosa no se llega a notar, pero quizás debido a cosas como esas ha compartido escenarios con artistas como Mark Knopfler. «Era un fan de crío. Creo que uno de los primeros discos que tuve fue una versión cassette de ‘Brothers in Arms’. Así que fue genial conocerle y aprender cómo hace discos y cómo lleva su carrera».
La evolución en su carrera musical pasa por unos inicios como batería que fueron cambiando a la actitud valiente de estar cara-a-cara con el público. «Bueno, me levanté y me desplacé al frente del escenario. Me encantaba el salvaje abandono que la batería puede generar. Es algo muy instintivo. Por fortuna estoy bastante contento en frente de la audiencia así que no me importa estar parado gritando al frente para obtener su atención».
El disco que presentará en España (finalmente sólo será en acústico y en Madrid), «Dead Man’s Suite», ha sido elaborado de manera casera en el hogar del bajista Tristan Longworth. Nos cuenta algo al respecto. «Creo que es justo decir que el disco fue hecho de modo casero pero profesionalmente. Fue grabado en una casa en Tooting, al sur de Londres pero Tristan el productor tenía un montón de conocimientos y un estupendo equipo vintage que pudimos usar en la grabación del disco». A Jon también le preocupa cómo parece que el vinilo y los soportes físicos en general luchan por mantenerse a flote. «Siempre es agradable poseer un disco físico o CD. Para ser honesto, en términos de hacer dinero, hago más de los directos que de CDs o ventas de descargas. Es una pena que el vinilo ya no sea el rey pero está resurgiendo, lo cual es esperanzador».
Todo esta conversación giraba en torno a una gira que se ha tenido que limitar a un sólo concierto de Jon Allen en la sala Moby Dick de Madrid, pero en formato solitario. En su momento, cuando su gira iba a ser con banda, nos contaba la manera en que todo iba a ocurrir. «Tengo una banda realmente increíble que cuenta con un gran Hammond, guitarras eléctricas, bajista y batería. La dinámica del show va desde yo sólo con una guitarra a la banda al completo rockeando, así que me gustaría decir que hay algo ahí para los folkies y también para los que les gusta rockear!!». Lo primero lo podremos ver en Moby Dick Club, lo segundo lo veremos para la próxima ocasión con banda.