The XX ya se han convertido en uno de esos fenómenos de masas que no entenderemos. No hablamos para nada de la escasez de talento de sus composiciones y de sus miembros, pero sí de esa inusual acogida masiva de un género musical aparentemente condenado a públicos algo menos abundantes.
Anoche en la sala La Riviera actuaba este trío inglés, tras llenar la jornada previa la misma sala y con el agravante de una huelga general que se saltaron a la torera. Podríamos llenar muchas líneas sólo hablando de este feo detalle de la banda, que quizás podría haber encontrado soluciones proponiendo un escenario más grande para esa primera fecha y cancelando la segunda. En cualquier caso allí tuvimos que estar para confirmar todo lo mencionado en el primer párrafo: The XX se han hecho muy grandes.
El primero en aparecer fue John Talabot en formato «Live», presentando los temas de su aclamado «Fin». Los temas funcionan bien, porque precisamente son muy buenos, pero como telonero no consiguió terminar de caldear mucho los ánimos ante un público mucho más interesado en charlar. «Destiny» u «Oro Y Sangre» consiguieron levantar mucho los ánimos, pero nunca para todo el minutaje de su concierto. Su corta actuación nos demostró por dónde iban a ir los tiros en este concierto masivo: volumen no muy alto, charlas interminables de mucho público casual y un porcentaje reducido de aforo muy entregado al concierto.
Sólo con el inicio de concierto del trío ya nos dimos de bruces con ese vaticinio, aunque estamos hablando de una «Angels» muy desnuda y propicia para ello. Posteriormente con «Heart Skipped a Beat» y «Fiction» la historia siguió. Las voces de Romy y Oliver se escuchaban a la perfección en cuanto a ejecución, volumen y nitidez, algo no habitual en la sala que nos ocupa, pero las labores musicales de Jamie sufrieron de un volumen algo inapropiado. «Crystalised» llegó en seguida en una versión algo cambiada en lo que a beats se refiere, algo que no terminó de cuajar como la calidad del tema merecía. Tampoco ayudaba ese leve volumen de bajos que desprendía el escenario de La Riviera.
Poco a poco la cosa del volumen mejoró o nuestros oídos se acostumbraron, aunque por el camino tuvimos que sacrificar el ritmo electrizante ded «Basic Space» que tampoco cuajó todo lo que debería. El núcleo de más gancho de «Coexist» apareció a tiempo para levantar el concierto del todo: primero una bella «Missing» que una vez más luchó con el sector de público más preocupado de enseñar sus fotos que de atender el concierto y luego una unión sensacional de «Reunion» y «Sunset» que hizo que la gente terminase bailando con la infinita tristeza emotiva de las canciones de los británicos. A partir de aquí todo fue coser y cantar para la banda, con especial hincapié en los temas de su debut que quizás son los que más ganan en vivo, aunque sólo sea por ver a Jamie atacar los samples de batería en vivo. El beat de «Night Time» por ejemplo atronó La Riviera y el combo «VCR» + «Islands» fue imbatible.
Tras el cierre con una buena versión de «Infinity» (inapropiada para cerrar, eso sí) aparecieron en escena para tres últimos temas que comenzaron fuerte con «Intro» y una certera «Tides». Sin embargo, «Stars» volvió a sonar algo descolocada cerrando repertorio como cierre de concierto, aunque su parte final terminó sonando mucho más vibrante de lo que se muestra en su versión de estudio.
En abril volverán a España como parte del cartel del SOS 4.8, con un baño de multitudes todavía mayor. Seguiremos sin entender porque han conseguido mover tanta gente con un estilo tan propio y particular, pero nos encantará que así siga siendo.
