Fin de semana repleto de eventos musicales en la capital éste que acaba de finalizar, y a la espera de saber cómo funcionaron festivales de tan diferente calado como el Dcode o el Psych Out Fest, lo que desde aquí sí podemos asegurar es el éxito que en todos los sentidos cosecharon los neoyorquinos Woods a su paso por la sala El Sol. Con el cartel de Sold Out colgado a pesar de la gran oferta existente el sábado, la banda que lidera ese gurú de la nueva psicodelia pop llamado Jeremy Earl se marchó con un triunfo abrumador de su paso por Madrid.
Set list perfectamente ensamblado en todo momento, los temas de delicioso folk pop se intercalaron durante la hora y cuarto de actuación con aquellas piezas más tendentes a la psicodelia rockera, logrando en ambas vertientes un sonido cristalino y crujiente difícilmente mejorable. Todo sonaba en su sitio, y esto, unido a la concepción más centrada en las canciones de su sobresaliente último álbum “With Light, With Love”, provocó un equilibrio que un servidor no encontró en su dispersa actuación del Primavera Sound 2013. Así, fueron sonando muchas de las piezas del mentado último disco de la formación, teniendo que hacer mención especial para momentos como los alcanzados en la exquisita americana de “Shepherd” (Jeff Tweedy o Patterson Hood serían felices de haber sido ellos quien la hubiesen compuesto), el esplendor pop de “Moving To The Left” (una de esas canciones que no te dejan borrar la sonrisa de la cara desde el mismo momento en que arrancan), o en el tremendo despliegue guitarrero del tema que da nombre al Lp, “With Light, With Love” (seguramente una de las mejores canciones escritas dentro del género en las últimas décadas).
Por supuesto, también hubo recuerdo para sus discos anteriores, siendo sin embargo el más reciente “Bend Beyond” el que mayor porcentaje de temas aportó. “Cali In A Cup” o la coreable “Size Meets the Sound” fueron especialmente celebradas por un público que sin duda disfruta, y mucho, con el camino más accesible y concreto que el grupo está recorriendo con sus últimos trabajos. Un bis ligero y semi acústico con “Rain On”, y para casa. Clase y elegancia por parte de un cuarteto al cual se le ve perfectamente engrasado (pese al reciente cambio en la posición de bajista) y disfrutando de un momento de forma tan magnífico que cuesta no imaginarlos asaltando escenarios de mayor tamaño para sus próximas visitas. Sin duda, con conciertos como el del pasado sábado el boca a boca hará su trabajo, y a buen seguro que la progresión de Woods seguirá en aumento en los próximos años. En resumen, una de las actuaciones del año para uno de los mejores grupos del momento.