/Crónicas///

Ben Watt – Bilbao (13/02/2015)

Ben Watt, Bernard Butler, Martin Ditcham
7.8
Alhóndiga, Medio lleno
Precio: 12/15€

No nos engañemos, muchos de los que nos reunimos en el auditorio de la Alhóndiga bilbaina para disfrutar del espectáculo de Ben Watt no estábamos muy ubicados respecto a su carrera post-Everyhthing But the Girl. Era la fama de la banda que en su día encabezó junto a su esposa Tracy Thorn, la que nos hizo acercarnos a ver al músico inglés desgranar un repertorio basado en las canciones de un inesperado disco de folk-rock titulado «Hendra». Inesperado, según el propio Watt incluso para él, todo esto de volver a grabar un disco y presentarlo en directo tras años dedicado a otros proyectos, como escribir libros.

Así que era una cita cuando menos curiosa en la que parecía que casi tanto peso como Watt tuviera la presencia del ex-Suede Bernard Butler, de por sí una celebridad mayor que el propio cantautor. Junto a ellos estuvo Martin Ditcham, músico de sesión con un currículum que va de Status Quo y Sade a Talk Talk o los Rolling Stones. Con semejantes esbirros que hilvanaron un sonido desde la delicadeza a la rotundidad más severa, Watt desgranó un repertorio con aires de folk de salón en el que cayeron canciones de su primer disco en solitario e incluso de su antigua banda, sí, pero con trampa, todas alejadas de los hits.

De modo que nos concentramos en el ahora, en canciones cuyo trasfondo explicaba con todo lujo de detalles un Watt enamorado de los paisajes ingleses, volcado en su familia y afrontando los trances, como la mortalidad, propios de la edad adulta. Edad adulta que por cierto poblaba el auditorio, dejando claro que pese a la benignas críticas, «Hendra» ni es trendy ni es disco para jóvenes. Lo que vivimos fue un concierto de pop-rock de carácter más bien relajado pero no flojo, rico en texturas y arreglos pese al formato trío. Watt oscilaba entre diferentes guitarras y afinaciones y el piano, mientras un Butler casi plantado en su sitio hacía parecer fáciles sus filigranas a la eléctrica y Ditcham mostraba una versatilidad percusiva que iba de los ambientes a la pegada e incluso a lo tribal y tropical.

Mientras tanto este Watt con pintas de anti-rockstar desgranaba lo que sonaba como un repertorio anti-indie, exento de toda la modernidad que con Everything But The Girl pudiera encarnar en su día. A mitad de concierto y más adelante en los bises, la banda abandonaría el escenario para que el protagonista pasara la siempre necesaria prueba del cantautor en solitario, cosa que hizo con soltura con la hipnótica «North Marine Drive» evidenciando que el músculo instrumental no era tan vital como nos estaba pareciendo.

Como «Hendra», hizo el cierre en falso con la, sobra decir que intimista, «The Heart is a Mirror», pero regresó para unos bises de gran calado emocional, con «Spring» de su nuevo disco entre dos clásicos de Everything But the Girl. Se trató de la ensoñadora «The Night I Heard Caruso Sing» y la estupenda versión de «25th December» en la que sonó un poco a Morrisey, ambas perfectamente adaptadas a la faceta folk-rock por la que Watt pasa ahora mismo. Así termino una velada de lo más agradable. mientras que fuera nos esperaba un incómodo clima lluvioso. No nos extrañó nada que el músico previamente hubiera comparado las montañas bilbainas con el típico paisaje inglés, aunque lo hiciera a modo de halago.

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13 de febrero de 2015