/Crónicas///

Viaje A 800 – Vitoria-Gasteiz (06/09/2008)

Pol Elder, Alberto Mota y Poti
9.0
Gora Bar, 100 personas
Precio: 0 €
Géneros: ,

Si ya fue duro para muchos acercarse al concierto de Viaje a 800 el viernes a eso de las 14:30, creo que casi todos teníamos claro que la cita prevista fuera de la programación del festival, al día siguiente en el casco viejo de la capital alavesa, era algo para no perderse. En una doble cita organizada por el Gora Bar, complementada por Dixon II (con caras conocidas de la escena rockera local), los de Algeciras consiguieron aprovechar su visita al norte, pues la medio hora del día anterior supo realmente a poco, nos dejó los oídos temblando y pidiendo más.

La animación de mañana azkenera en las históricas callejuelas ya daba a pensar que fuera como fuera, sería un concierto ameno y un poco en familia. Afortunadamente fue mucho más que un pasatiempo con el que acompañar el amuerzo o caña de turno. El despliegue era pequeño pero matón, ya que el sonido fue realmente de 10, algo que al aire libre en un lugar tan improvisado como una calle cuesta abajo es doblemente meritorio. Así, en formato trío sobre el escenario y nuevamente con Iñigo Firehead apoyando al teclado en los temas que lo requerían, los Viaje a 800 salieron a hacer su doblete en tierras gazteiztarras.

Poco a poco se fue llenando la zona de público que se disponía tanto delante del escenario, como detrás e incluso los más curiosos contemplaban la anécdota desde el otro lado de la acristalada rampa mecánica. Por tanto, parte importante de los asistentes estuvieron el viernes en las primeras filas, pero aunque las pulseras del festival se veían mucho, también había quién se los perdió y también los viandantes que se sentían atraídos por el magnetismo setentero de los gaditanos. También atrajeron a unos ilustres Blue Cheer, a la postre banda más campechana del fin de semana que presenció junto a los aficionados tantos conciertos como pudo, incluido este. Símbolo de clase.

Así la banda nos llevó por un repertorio que bebe principalmente de su segundo disco. Temas que no por beber de estilos como el stoner o el doom, dejan de reflejar la peculiar esencia de la banda. Casos significativos fueron la obsesiva «Los ángeles que hay en mi piel» que nos tuvo sus buenos minutos sumidos en un lento hechizo de headbanging o la más progresiva e incluso con aires andalusís «El Amor es un perro del Infierno», psicodelia que inyectaron en nuestros oídos engrandeciendo lo que sobre el disco, en «Estampida de Trombones», ya sonaba irreal. Aunque para viaje, la instrumentalidad agitada de «Dios Astrónomo» con especial presencia del bajo y los sintetizadores o los tintes post-rockeros de «Luto», la asfixia y el aire en aquella mañana de rock vitoriana.

También recurrieron a su no menos meritorio primer disco para inundarnos de fuzz con la frenética y rockera «Cardio Límite» pero sobre todo para escalofriarnos con el blues-rock de «Largo Beso Recto» y de la oscura «Roto Blues». En definitiva, una demostración de lo mucho de sí que tan sólo dos discos grabados en un amplio espectro temporal pueden dar de sí en directo. Toda una lección de como conseguir llegar tanto al público rockero más clásico como a quienes disfrutan de las actuales tendencias sin dejar de ser un grupo un tanto marciano.

Resumiendo, que el de Viaje a 800 fue uno de los conciertos más intensos del fin de semana azkenero y como queremos que quede claro, han recibido más párrafos en nuestra particular narración que cualquier otro grupo del festival. Bandas y recitales así ayudan a valorar lo que tenemos aquí en su justa medida, lejos de discriminaciones negativas, chauvinismos, ‘escenas’ y demás tonterías. Sólo cabe esperar que la banda se estabilice y su base de fans también y que no sean simplemente una banda de culto para entendidos.

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6 de septiembre de 2008