Otra nueva edición del exitoso Universimad madrileño, tan gratuito como único este año en la capital. Parece mentira, pero es este el único (o de los poquitos) festival al aire libre que la crisis nos ha dejado en la capital. Pero bueno, nos vale poder ver artistas de la talla de los que nos ocuparon desde primera hora de la mañana.
La primera fue la esperada actuación con banda de Anni B Sweet, un secreto a voces del underground madrileño que Subterfuge fichó a tiempo. En realidad, el boom de Russian Red no le hace mucho bien a esta chica de similar voz y estilo. Lo digo por que ella estaba a la vez que su compañera Lourdes (de Russian Red) y ahora las comparaciones son tan injustas como odiosas.
Para la presentación contó con su banda de lujo, formada por Elias Egido (que actuaría luego con su proyecto Eh! en La Boite) y miembros de bandas tan dispares como The Joe K-Plan o Templeton. Para comenzar, se sacó una buena versión de Antonio Vega, como mandaba el momento. Después, repasó «Start Restart Undo» con mucha soltura y firmeza, como la que debe dar tener una banda así de buena detrás. La vocecilla de «Motorway» puso a todo el mundo a menear la cabeza de lado a lado, cosa muy meritoria para ser las 12 de la mañana de un día festivo en Madrid. Un concierto muy recomendable.
La historia de Lidia Damunt si que mejora barbaridades en directo. Su show de pandereta atada a la pierna y guitarra merece ser vista, aunque no ayudó nada un escenario tan grande a una propuesta quizás mas orientada a las distancias cortas. Aún así, esas letras tan imaginativas y únicas calaron bastante en la gente. Otra a volver a ver pronto, pero insistimos que mucho mejor en sala…
El concierto de Zahara quizás era mas esperado como presentación de su debut discográfico con Universal, y resulta que fue un conciertito íntimo protagonizado por ella y sus interminables speeches. Sus canciones son capaces de enternecer, pero corren el riesgo de endulzarse demasiado en disco. A priori, mucho mejor en directo, aunque tenemos mucha fe en Ricky Falkner como colaborador (y bastante menos fe en Carlos Jean). De momento, si esta chica y sus canciones no pegan un buen pelotazo discográfico con toda la materia prima que hay, algo raro habrá pasado.
La última actuación matutina, ya que llegábamos a la hora de comer y el cartel iba ya orientándose a otro tipo de publico, fue la de Havalina en un concierto especial rodeados de amigos (subieron Tulsa y Julio de la Rosa a cantar). Un servidor no había visto aún a esta banda y quedó gratamente impresionado de su enorme mejora en el sonido con este nuevo disco. Han pasado de sonar a ¿Smashing Pumpkins? a hacer psicodelia con sonido propio: las distorsiones graves en su sitio, la melodía bien puesta… Si las cosas son como parecían ser aquella mañana en Universimad, atentos a este «Imperfección» que presentaban.
Por la tarde, nos esperaba el siempre divertido directo de Le Punk, que puso a las primeras filas a divertirse sin apenas pestañear. El contrapunto perfecto fue Corcobado luego en el escenario de al lado. ¿Como pasar de las trompetas y el jolgorio a la oscuridad? Pues a base de una banda que sonaba realmente potente (sorpresa para mí ver a Fino de Los Enemigos al bajo), pero que el propio Javier con sus habituales fraseados hacía lentos y pesados. Cuando se ponía en plan mas «rockero» mucho mejor, pero claro, esto es Corcobado no lo vamos a cambiar ahora.
En el lado contrario, una nueva actuación de The Unfinished Sympathy. Siempre infalibles, pero algo menos debido a las exigencias del horario. Presentar un disco mas calmado como «Avida Dollars» en apenas 45 minutos deja apenas hueco a unas pocas canciones clave en su repertorio, como fue el caso de «Rock For Food», «This Living Kills» o «Catenaggio». Como curiosidad, la gente andaba con ganas de distorsión y celebró los temas mas aguerridos con verdaderos pogos. Quizás un poco mas de «Investment In Logistics» hubiera ido bien, pero seguimos disfrutando con «Homedrunk», «Hooligans In Love» o «Give Up Dig Down»
Como no pudimos terminar de ver la actuación de We Are Standard, ya que había que emigrar al centro de Madrid a presenciar el estreno de Eh!, no conviene ser muy extenso. De hecho sobra con decir que son pura fiesta con este nuevo «We Are Standard», con las dos baterías y con las tablas que han ido ganando.
Para finalizar, dicen que La Excepción agolpó a la chavalada que estaba fuera bebiendo durante el resto del festival. Un colofón que no pegaba demasiado con el resto de actuaciones pero que suponemos divirtió a la gente en fiestas, que era de lo que se trataba.