Toundra decía adiós a un periodo de su vida con el concierto cierre de gira de su segundo disco ante un imponente sold out en la sala Caracol de Madrid, probablemente la única de toda la capital que verdaderamente es una sala de conciertos y no una discoteca. No se me ocurre mejor cierre para un disco tan bélico como este «(II)», tanto en lo artístico con las ilustraciones de portada y títulos, como en lo trepidante de su contenido musical. Y no lo digo porque me sorprenda que el grupo consiguiera meter más de 600 personas en un sábado, lo digo porque la noche del 10 de diciembre vencieron, como cualquier héroe bélico, a uno de los rivales más duros a los que un organizador de conciertos se puede enfrentar: un Madrid contra Barça.
Dejando de lado que Toundra y su sello Aloud Music ya habían ganado su particular victoria contra el balompie, luego volvieron a ganar encima del escenario. Ganaron, pero por goleada, ante un público que seguramente los había visto muchas veces ya, pero que no se cansa de ver tanto derroche de energía y de ganas. Quizás es ese afán por mejorar y por perfeccionar lo que sigue haciendo a este cuarteto madrileño tan diferente al resto . Quizás es ese gusto por el detalle minucioso, como ya hicieran dando una atrevida vuelta de tuerca al sonido de «(I)» cuando dieron a luz «(II)», el que marca la diferencia de ellos y de su sello con respecto al resto de buenas bandas que no terminan yendo a ningún sitio.
El del otro día fue un concierto de detalles impecables, como el de empeñarse en incluir el cello de Sherezade de Emerge y la acústica de Héctor de Gone With the Pain en «Bizancio/Byzantium», la enorme sorpresa de la noche marcándose una versión especialmente increíble de «Völand» con una formación compuesta por Miguel de Mopane a la tabla, Alex al cajón, Héctor de Gone With the Pain a las maracas, Esteban y Víctor a la acústica y Alberto a la batería u otro detalle tan insignificante como digno de agradecimiento al cambiar en la puerta el feo recibo de Entradas.com por una entrada bonita. Si a esto añadimos el trabajo y riesgo de rejuvenecer los temas de «(I)» a un sonido que encajaría mejor con lo que son Toundra ahora, no nos queda más que aplaudir esa continua búsqueda de perfección que, evidentemente, aún no han encontrado.
En el capítulo de pegas para esa imperfección hay muy pocas que poner, porque el grupo estuvo pletórico y muy bien respaldado por un sonido prácticamente perfecto durante toda la noche. Quizás se notó que el grupo no tenía las mismas ganas de tocar las canciones del primer disco que las del segundo, algo natural dada la continua evolución del grupo. Igualmente el orden modificado y las propias ausencias con respecto al tracklist no termino de cuajar del todo con respecto al álbum, aunque el comienzo con «Jauría» fue muy bueno. Lo otro que no hayan tocado algo más, pero claro, es que apenas les quedó «Génesis» del split con Hand Of Fatima por tocar.
Ahora tenemos mucha hambre de volver a verlos, sobre todo porque ellos mismos han conseguido con este sold out que la expectación por «(III)» vaya a ser algo muy importante. Volverán con la valentía que los caracteriza, eso seguro.