/Crónicas///

Takio Fest – Torrelavega (28/07/2012)

8.0
Bolera Severino Prieto, 150-200 personas
Precio: 30 € abono

Segundo día del festival que dio la sensación de un lleno sensiblemente mayor, tal vez no excesivo pero puede que ayudado por una mayor congregación de gente en las primeras filas y unos pogos por lo general muy encendidos. Nada comparable a la masa que hacía cola a la hora de entrada para entrar al contiguo campo de fútbol, coincidencias de la vida.

En cualquier caso, cuando entramos con los gallegos Voltaica se repitió la sensación de desolación de primera hora de la jornada previa. Nos acercamos a ver como el quinteto ponía en funcionamiento su rock alternativo abierto al metal y posthardcore, con teclado y ecos de bandas como Hedtrip o At The Drive-In (el estilismo de alguno de sus miembros y la entrega física de su vocalista hacía de esta una comparación escénica fácil) y si musicalmente parecían dar algún bandazo extraño, sólo por la entrega merecen que se les siga la pista. Aprovecharon para repartir unos CDs y que la gente no se olvidase así de ellos, con tanto grupo por delante de festival.

A continuación tuvimos un cambio de horario de última hora. Willis Drummond tocaron segundos, slot que no corresponde a su siempre fiable directo. Una vez más el grupo fronterizo vasco no falló, pese a que señalaron lo complicado del sonido en el recinto. Y eso que fueron de los que mejor capearon el temporal, apostando por sonar bien y no tan fuerte como otros. El peso de sus canciones y su actitud hizo el resto, y esa propuesta de punk-rock (tiraron mucho del repertorio más directo) noventero y en euskera se ganó al público, pese a la ausencia de algún certero pelotazo como «Nun Daude?» pero el tiempo no daba para más.

Llegarían después Hürricade y quedaría claro que el screamo es uno de los géneros más esperados por los asistentes al festival o al menos por los que pueblan las primeras filas. El trío gerundense se dio todo un baño de masas con su visión moderna del griterío hardcore, tocando descalzos y propulsados por un enorme (figurativamente) batería. Se notaba que ya habían recalado más veces por la zona y contaban con un buen número de aficionados para una banda de su condición, pero consiguieron mantener un prolongado clímax tanto en su partes más veloces como en los guiños más oscuros o ambientales, con movimientos de cierta peligrosidad sobre el escenario. Debajo también los hubo, como decimos y al final hubo una despedida en forma de montón de ropa sobre el escenario.

La propuesta de los madrileños Jardín de la Croix se nos antojaba, de tan progresiva, quizá la más desubicada dentro del cartel. ¿Cómo sentaría entre Hürricade y Raein casi una hora de técnica instrumental de los madrileños? Pues bastante bien, visto el resultado. Bien es cierto que preferimos su primer disco y creemos que en directo, de tan apabullante instrumentalidad, es difícil no abstraerte del concierto en sí y dejar de prestar atención a ratos. Tal vez les sentara mejor bajar el pistón e invertir en melodías y no en tanto serpenteo de cuerdas y tapping compulsivo, pero desde luego ofrecieron un concierto intachable y su bajista tocó en más de una ocasión en brazos del público.

Pero la locura llegó con Raein. Los italianos gozan de una bien ganada fama dentro del screamo europeo pero seguramente ni ellos mismos se esperasen una reacción tan fuerte del público hacia su música. Nos encontramos a una gran banda que agitó con gritos y crispación emocional y la gente respondió desde el primer segundo. El pogo se descontroló totalmente como si se tratara del último grupo de la noche, con pequeñas avalanchas (no por leves, sino mas bien por el reducido espacio) y mucho stage-diving, generando alguna que otra peligrosa caída ante la cual el propio vocalista tuvo que preocuparse. Tan sólo se calmó un poco el asunto cuando tocaron algún tema nuevo de corte más reposado/recitado, pero si tuviéramos que quedarnos con el momento más intenso de todo el festival, creo que muchos acordaríamos que correspondió a la interpretación de su himno «Tigersuit».

No es de extrañar por tanto que el clima fuera con Kylesa mucho más estático. Los norteamericanos, comandados por Laura Pleasants y Philipp Cope ambos a guitarra y voz, ofrecieron un setlist de nuevo basado en su último disco, con canciones donde cada vez hay más psicodelia y menos rastro de hardcore y crust. Hay por tanto más hueco para el headbanging o un particular trance interior, pero ello no evitó que cuando sonó hacia el final «Scapegoat» se montara el esperado alboroto en el pit. Como ya vamos viéndoles unas cuantas veces en pocos años nos pareció corroborar como Laura va mejorando sus voces melódicas, no tanto Phillip que volvió a flojear a ratos, siendo el momento más notable «Don’t Look Back». Hay que añadir que el sonido arrancó bastante mal si bien se fue subsanando en parte.

Y el fin de fiesta venía con unos entrañables abuelos del punk-rock. Pioneros de la escena skate-punk californiana, es un lujo poder seguir teniendo a Adolescents sobre los escenarios. En su caso sí creo que se pecó de primar el sonido brutal a la nitidez ya que nos sonaron mucho mejor en sala hace un par de años, pero no deja de resultar inspirador verles con esos años y ese buen humor interpretando temas emblemáticos de la talla de «Who is Who», «Kids of the Black Hole», «Amoeba» o la versión de «Sonic Reducer» de Dead Boys con la que apuntalaron unos generosos bises. Así, entre un pogo muy espacioso y conatos de circle pits en clave festiva, se despidió la edición del festival.

El Takio 2012 se presentó por tanto como un festival familiar, recogido y cómodo, en el que prima la música underground pero a la vez con un cariz muy festivo, un cartel variado pero con criterio y razonable coherencia punk-hardcore-metal. Y no menos importante en estos tiempos, económico. El tipo de equilibrio en definitiva que uno comienza a valorar cada vez más en un festival. Si acaso controlar un poco más el sonido en la medida de lo posible para futuras ocasiones sería el reto inminente.

Contenido relacionado

28 de julio de 2012