/Crónicas///

Swalow The Sun – Madrid (31/10/2007)

P. Pasanen, M. Jämsen, M. Kotamäki, J. Raivio, M. Honkonen, A. Munter
9.0
La Boite, Medio Lleno
Precio: 15 €
Géneros:

Hope
Descending Winters
Out of This Gloomy Light
No Light, No Hope
Don’t Fall Asleep (Horror Part, II)
Too Cold For Tears
These Hours of Despair
The Ship

– bis –
Swallow

Siguiendo con mi vena Doom, no por nada, sino porque en mis ya unos cuantos añitos era un sonido que no había seguido y que eso de Internet te permite seguir y descubrir ahora, y después de escuchar el fenomenal “Hope” de Swallow The Sun, editado este año, me decido a acercarme a ver a una de las bandas más en forma de este sonido. Si My Diying Bride se han edulcorado ligeramente, si eso se puede decir de “A Line Of Deathless Kings», Paradise Lost ya han decidido convertirse definitivamente en una suerte de Depeche Mode con guitarras y Anathema en una especie de Pink Floyd góticos, la evolución de Swallow The Sun ha sido en la práctica pasar de un sonido con 100% de guturales, a un 90% de guturales, pero eso si, con una ambientación y unos riffs, para mi gusto, mucho más inspirados que en sus dos primeros discos.

Noche de Halloween en la pequeña Sala Boite, con vampiros y algún blacker, de pintas más reales que la tropa que andaba por Sol buscando un descuento de dos por uno en las discotecas de la zona, y a pesar de la buena fecha, que en Todos los Santos no se curraba y lo atractivo del precio, poca gente en inicio nos acercamos al concierto.

Los primeros teloneros, los valencianos Evadne, dejaron el listón bastante alto. Yo no los conocía y no me sonaron nada mal, excepto por una cierta linealidad en los temas, que si hablamos de Doom, mayor linealidad es todavía. Se mostraron tremendamente competentes, en especial el cantante y a lo largo de sus cuarenta minutos, se supieron ganar el respeto de los asistentes.

Mejor me parecieron los baleares Helevorn, mucho más variados que Evadne, y que a pesar de los problemas con el bombo que tuvieron que sustituir sobre la marcha, estuvieron muy acertados al incluir en el repertorio una versionaza del “I Break” de Katatonia, donde vimos las primeras melenas al viento desplegadas de la noche. Por ejemplo, me sonó mucho mejor el “Nobody is waiting” en directo que en disco y sobre todo hay que destacar al cantante, tanto con las voces melódicas como guturales.

Y llegó el turno de los cabezas de cartel de la noche. Tremendo inicio con mi tema favorito de la banda, “Hope”, seguido por el trallazo que es “Descending Wintera” de su anterior disco. Los tíos bastante parados, entre otras cosas, porque el minúsculo escenario no lo permitía, pero tremendamente certeros en las interpretaciones y emanando verdadero carisma por los cuatro costados con continuos headbangings. Subidón emocional con “Don’t Fall Asleep”, seguido de “Too Cold For Tears”, con lo que a mi ya me tenían completamente entregado como un fan más y sobre todo, con “These Hours of Despair”, donde pude ejercitar mi cuello, aunque luego siguió “The Ship”, bastante mala elección para cerrar. Mikko Kotamäki estuvo perfecto y sobrado con la voz gutural, aunque perdía un poco con la voz melódica y el trío de cuerdas Juha Raivio, Markus Jämsen y el tío con más pintas de finlandés que he visto en mi vida, el bajista Matti Honkonen, estuvieron fenomenales, con lo más atractivo para mi gusto de la banda, sus fenomenales riffs. Además toda la banda estuvo pululando por la sala, antes y después del concierto (yo los ví una hora antes andando por Sol), lo que siempre es muy de agradecer. El concierto empezó tarde y como la sala tenía que chapar para que entraran los góticos de Halloween, mucho nos temimos que el concierto hubiera finalizado, pero entonces salio Markus Jämsen a calentar al personal y nos regalaron un magnífico “Swallow” para cerrar la noche.

Dos buenas bandas españolas para abrir ambiente y una banda en estado de gracia para cerrar la noche y todo ello por 15 euros de nada. A uno que venia del infierno de Cheste con Héroes del Silencio, no le queda más que preguntarse si a veces no es una pena, que determinadas bandas triunfen y se conviertan en un negocio. De momento esto es lo mejor que te puede ocurrir en un concierto: gran banda en sala pequeña a precio reducido. Si alguna vez esta banda crece, que ójala fuera así, espero que mantengan la credibilidad que demostraron en La Boite.

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31 de octubre de 2007