/Crónicas///

Subway To Sally – Madrid (02/10/2009)

Eric, Simon, Sugar Ray, Frauschmitt, Ingo, Bodenski, Simon-michael
5.0
Caracol, 100 personas
Precio: 22 / 25 €
Géneros: , ,

Concierto que en principio pinta bien, a pesar del caro precio porque, entre otras cosas venían para Madrid unos Trobar de Morte que se dejan ver poco por aquí. Uno ya sabía un poco lo que había y que habían cancelado, pero lo que no se podía esperar es que estando anunciados unos teloneros de nivel, se cayeran un par de días antes del concierto, en tan extrañas circunstancias y que luego, además, hubiera baile de teloneros madileños. El caso es que por el momento el organizador no se ha dignado a explicarnos a los que pagamos la cara entrada y que estuvimos haciendo el tonto (no cabe calificarlo de otra manera) durante más de una hora en Caracol esperando a que salieran unos teloneros que no iban a salir. Lo ocurrido lo he sabido por terceras personas, pero viendo la escasa entrada se explica sólo.

Con semejante panorama, Subway To Sally se portaron. Una banda de larguísima carrera (ocho discos de estudio) y reconocido prestigio en su país tuvieron que lidiar ante un publico escasísimo, con profesionalidad y saber estar. A mí que, sobre todo, me gustan los temas de los discos Engelskrieger y Herzeblut, me faltaron temas por todos lados. Creo que sólo tocaron un tema de esos dos discos, pero bueno, al menos tocaron el muy pedido «Sieben». Eso sí, ellos se trajeron el vestuario de gala (diversas túnicas de cuero con detalles en rojo), toda la parafernalia de instrumentos, incluida la gaita, el violín y la zanfona y sacaron muy buen sonido y Eric Hecht supo manejar el cotarro convenientemente. Curiosas sus pintas con la megacinta del pelo para ocultar su más que incipiente calvicie. No muy buena voz pero si muchas tablas, a lo que ayudan sus cuarenta tacos. El resto del grupo estuvo a buen nivel y todos tuvieron su momento para lucirse.

Cortita se me ha quedado la crónica porque yo iba a ver a ambas bandas. Una pena que pasen cosas como esta porque al final te piensas muy mucho el asistir a determinados conciertos, por las escasas garantías e indefensión antes este tipo de circunstancias. Sólo queda patalear y esperar que cosas así no vuelvan a suceder.

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2 de octubre de 2009