Como si de una de esas citas de artistas internacionales se tratara, Standstill llegaba a la madrileña sala Heineken con un halo de emoción y cita exclusiva entre las caras de la gente. Mucho les han cambiado las cosas con «Vivalaguerra» a estos catalanes. Tanto que son capaces de llenar prácticamente toda una sala Heineken e incluso de poder mantener ese olor a gran cita con la cabeza bien alta.
Todo el mundo les tenía bastantes ganas, como decíamos antes, y ya para la actuación de Pepo Márquez de The Secret Society y su guitarra la sala presentaba un amplio número de oyentes. Y eso que la actuación de Pepo no se puede decir que pegara en exceso con el evento principal. Más bien la gente se dedicó a hablar que a prestarle demasiada atención, eso sí. A pesar de ello, tuvimos una buena entrega por parte del líder de The Secret Society, pero nos sumamos a opinar que la cosa como telonero de Standstill no funcionó en ningún momento.
Para cuando Standstill tocaban las primeras notas de «Poema Nº 3», uno de los temas más queridos de su obra anterior, la sala ya estaba a rebosar. Nos congratula además ver que pasa esto con una banda que ha trabajado tanto para ello. El concierto, de nuevo estuvo basado en «Vivalaguerra”, y en seguida «Yo Soy El Presidente De La Escalera», «La Risa Funesta» y sobre todo «¿Por Qué Me Llamas a Estas Horas?» puso a todo el mundo a cantar y a bailar (mucho menos que otras veces), con una excelente «Por Todas Las Cosas» de por medio.
Con este primer tramo, ya dimos cuenta que el sonido de la sala Heineken se les volvía a atragantar como hace un par de años, pero que aún así la cosa no iba a decaer. De hecho, si algo nos quedo claro esa noche, es que Standstill son capaces de dar un conciertazo incluso sonando como si estuvieran en una cueva.
Enric, cada día esta mas pletórico y seguro en las tablas, como demostró en las intimistas «Noticias del Frente» y «Víctor San Juan» (ayudado por la gente, a grito pelado). «G. M.» en directo, gozó de menos apoyo del público que otros temas como «El Porqué De Hablar Solo». La banda demostró su verdadero potencial, eso sí, con una notoria mejora de sonido en una emocionante y elástica «Aire» que deja a la altura del betún a la versión de estudio, sobre todo cuando hacen el parón para repetir que son los presidentes de la escalera.
El ritmo vigoroso y cortante se retomó con «La Mirada De Los Mil Metros», pero sin duda fue con «1, 2, 3 Sol» primero y después con «Feliz En Tu Día» cuando de verdad nos dejaron la garganta roja de cantar. Los pelos de punta cuando toda la sala coreaba eso de «La mañana ya llegó, hoy puede ser un gran día».
Y vaya si lo fue. Desde luego, muy especial, como el propio Enric prometió a mitad del concierto. Lo decimos por que si que hubo tiempo para hacer algo muy especial con los bises: Primero con el tema más calmado de «The Ionic Spell», «Let Them Burn», que fue la sorpresa de la noche y luego dos temas olvidados en su nuevo repertorio como «Not The Place» o «Always Late». En ese momento uno se dio cuenta que el público de Standstill ha cambiado mucho, pero que aun quedamos un montón que hemos evolucionado con ellos y que nos parece igual de grande poder chillar lo de «This is not the place» que lo de «¡No me jodas, Fernando!». Para finalizar, el clásico «Cuando», que sonó algo descolocado entre tanto tema en inglés.
Nos quedamos con esos bises de regalo de la casa a los que les hemos ido siguiendo a lo largo de los años, y especialmente que una banda como Standstill hoy por hoy esta a años luz del resto. Lo dicho, conciertazo a pesar de que no escucháramos ni la mitad de lo que deberíamos. Pena de sonido y pena que no haya nadie con la gran idea de traerles con el show “1,2,3” a Madrid.