/Crónicas///

Sonisphere – Getafe (Madrid) (26/05/2012)

8.5
Auditorio John Lennon,
Precio: Abono 68/89 + gastos

SETLIST GHOST

Masked Ball
Con Clavi Con Dio
Elizabeth
Prime Mover
Stand by Him
Death Knell
Satan Prayer
Genesis
Ritual

SETLIST SLAYER

World Painted Blood
Psychopathy Red
Die by the Sword
Chemical Warfare
Hate Worldwide
Mandatory Suicide
Altar of Sacrifice
Jesus Saves
Dead Skin Mask
Raining Blood
Angel of Death
BIS
South of Heaven
War Ensemble

SETLIST METALLICA

The Ecstasy of Gold
Hit the Lights
Master of Puppets
The Shortest Straw
For Whom the Bell Tolls
Hell and Back

SET «THE BLACK ALBUM» –
The Struggle Within
My Friend of Misery
The God That Failed
Of Wolf and Man
Nothing Else Matters
Through the Never
Don’t Tread on Me
Wherever I May Roam
The Unforgiven
Holier Than Thou
Sad But True
Enter Sandman

BIS –
Battery
One
Seek & Destroy

SETLIST CLUTCH:

Gravel Road
Immortal
Crucial Velocity
Pure Rock Fury
50.000 Unstoppable Watts
Struck Down
Power Player
Earth Rocker
Cypress Grove
Mob Goes Wild
Profits Of Doom
Electric Worry
One Eye Dollar

Con el sábado y el tremendo reclamo de Metallica, la marea humana prometía ser terrible. Lo fue aunque ya decimos que nos sorprende que se estuviera relativamente a gusto en el recinto. Una vez comprendido que los de San Francisco no son un grupo para ver precisamente en primeras filas si no quieres sufrir aglomeraciones, claro. Ahora, además de la zona reservada a los VIPS del Black Circle, el escenario se extendía hacia adelante también con el famoso snake-pit, plataforma triangular con público dentro, que Metallica ya sacara en la gira del disco que ahora venían recordando. Por todo ello, si el festival estuvo marcado por los four horsemen, el sábado el ambiente era casi más de concierto de Metallica con teloneros que de verdadero festival. La jornada estuvo por lo demás dominada de nuevo por un sonido irregular que hizo por ejemplo que nos sonaran bastante mejor Sister mientras accedíamos al recinto, que luego Mastodon cogiendo situación.

MASTODON
No sabemos qué ocurre con Mastodon que si no es una cosa es otra. En esta ocasión, les falló un sonido ridículamente bajo para una banda de su talla. Eso, sumado a lo de tocar a un horario muy impropio de su reclamo y un setlist demasiado basado en “The Hunter” dentro del cual seguramente la mejor aceptada fue una ralentizada “Curl of the Burl”, nos dejó una sensación muy agridulce. Y es que su último disco no es malo, pero carece de canciones con la pegada de sus clásicos y así el concierto quedó desangelado, con el público más expectante que entregado. La banda se mostró triunfal pese a eso de tocar a hora de banda nacional (imaginamos que por petición suya) y especialmente Bill Kelliher pareció disfrutar de los paseos por el snake pit de Metallica. Pero nada de “Crack The Skye” nos parece que tiene delito y tan sólo “Crystal Skull” de «Blood Mountain». Cuando terminaron con “Blood & Thunder”, el público lo dijo todo con el brutal cambio en su respuesta, la banda debería sacar conclusiones. En cuanto acabó el concierto nos mostraron que tendríamos cambios en el planning inicial: Fear Factory se movía al Escenario 2 después de Clutch y Evanescence se retrasaba en el post-Metallica.

GHOST
Mucha era la expectación por ver lo que daba de sí Ghost, banda con mucho teatro de por medio y con un sólo disco en la calle y cuya música sorprende por la escasa relación entre un sonido de rock psicodélico y los amantes del metal agresivo que parecen abrazar su religión. Tocando de día, la cosa no prometía demasiado para su parafernalia, pero inteligentemente salieron de blanco en vez de de negro esta vez, con capuchas y máscaras. Su líder y maestro de ceremonias, el papa satánico, blandía un botafumeiro que inauguraba el particular ritual con “Con Clavi Con Dio”. Mucha pose litúrgica, movimientos ceremoniosos y un setlist que lo mismo nos daba momentos cercanos al doom que melodías de guitarra y teclado de lo más vintage que cerrarían con la celebrada “Ritual”. Se nota lo fácil que enganchan sus canciones y lo rápido que han calado, lo que nos parece un poco raro es que con lo corto que es el disco y el tiempo que ha pasado, que no tocaran nada nuevo. En cuanto a sonido, gozaron de uno de los mejores de todo el festival y lo supieron aprovechar añadiendo contundencia a lo escuchado en disco.

SLAYER
Los primeros guitarrazos de “World Painted Blood” salían a escena por las pantallas del escenario grande mientras el llenazo se masticaba entre las cabezas. El riff crecía y aparecía la muñequera de Exodus que nos recordaba que aunque no lo parecía por la calidad de su sonido, Jeff Hanneman seguía de baja y el miembro de Exodus Gary Holt estaba dispuesto a rendir la mejor de los homenajes guitarreros posibles. El resto estaban allí, sufriendo con el volumen escaso que no tuvieron que sufrir en anteriores visitas: Kerry King y sus cadenas con su habitual fuerza, la precisión de Dave Lombardo a las baquetas y el cada vez más envejecido Tom Araya. El repertorio tuvo los highlights habituales que se pueden presuponer en un concierto de Slayer, con especial mención a cualquier cosa que sonase del “Reign in Blood” (“Altar of Sacrifice”, “Death Jesus” y las habituales “Angel of Death” y “Raining Blood”), junto a un bis perfecto con “South of Heaven” y “War Ensemble”.

Es más que evidente que para entrar en un concierto tan machacón y repetitivo como el de estos reyes del trash hay que tener el oído acostumbrado, pero nadie se puede quejar de que el legado de potencia del que llevan años haciendo bandera les sigue funcionando a las mil maravillas en vivo. ¿Habría sido mejor que hicieran un show sólo tocando “Reign in Blood” como hicieron la noche antes? Probablemente sí, pero aún así se alzaron como uno de los mejores de la noche.

METALLICA
Resulta difícil comentar el concierto de Metallica olvidándose de que son responsables de la terrible idea del black circle, que ha lastrado todo el festival. En su estatus de banda todopoderosa que trasciende el heavy metal, los de San Francisco levantan odios y pasiones. Puede que no sean la mejor banda de la historia, como muchos fans defenderían, pero tampoco tienen un directo flojo, más bien el contrario. Lo que si pareció es que la idea de tocar el negro no fue tan gloriosa como podría parecer. Lo cierto es que el disco significó para la banda pasar de capítulo, pero en sí mismo, no es su mejor colección de canciones y eso quedó muy patente para quién les haya visto interpretar “Master of Puppets” de manera similar. La banda se mostró sobrada en actitud y ganas, sobre el escenario derrochan una juventud que ya no poseen y eso que a Hetfield especialmente se le ve en una gran forma física.

Lo peor del concierto sin duda fue el retraso de unos cuarenta y cinco minutos que tuvimos que sufrir, algo inaceptable en un festival con dos escenarios y solapes de grupos. A ritmo de Morricone comenzó como siempre el show y empezaron con una pincelada de sus discos clásicos. “Hit The Lights” (Kill Em All), “Master of Puppets” (Master of Puppets), “The Shortest Straw”(…And Justice For All), “For Whom the Bell Tolls” (Ride The Lightning) y hasta una más actual, “Hell and Back”.

Después llegó el anunciado repaso al negro tras unos instantes documentales sobre lo que supuso el disco en la carrera de la banda. Fue un repaso en estricto orden invertido, comenzando con “The Struggle Whithin” hasta llegar a “Enter Sandman”. No parece una idea tan descabellada porque al final sus mayores hits están en la primera parte del disco y ahí es cuando el concierto alcanzó el clímax. Pero precisamente algunas de las últimas canciones del disco, se demostraron muy insípidas, desprovistas de ese sentimiento unitario del disco. Se vivieron momentos emotivos con “Nothing Else Matters” o “The Unforgiven”, pero al ser canciones tan comunes en sus repertorios las mejores acogidas, nos hace pensar si era necesario este repaso al disco. “Sad But True” y la mencionada “Enter Sandman” también fueron momentos álgidos, esta última con alardes pirotécnicos.

El bis terminó de rematar una faena que raramente dejaría a un fan descontento con “Battery”, “One” y finalmente, “Seek & Destroy”. Hay que decir que en este último tramo se les fue un poco la mano con la parte del espectáculo, porque una cosa es la pirotecnia o el deslumbrante juego de lasers, pero lo de las pelotas gigantes fue un detalle un tanto cutre y desubicado en un concierto de metal. Les dejamos con sus tradicionales y alargadas despedidas de unos fans como siempre entregados y con el puño en alto durante la mayor parte del concierto.

GOJIRA
Con algo de retraso, los franceses Gojira tuvieron la mala fortuna de tocar justo después de Metallica, lo que supuso que apenas unos cientos vieran el arranque de su concierto. Eso sí, los que allí estaban eran incondicionales de la banda, y esto provocó un gran ambiente desde el principio de la actuación. Hubo hueco en su repertorio para casi toda su obra, lo cual es todo un detalle con los fans, y así hubo desde temas época Godzilla, antiguo nombre de la banda allá por finales de los 90´, hasta el single adelanto de su próximo trabajo, «L’Enfant Sauvage». La cosa se fue llenando según llegaba la marea humana procedente del escenario principal y para cuando sonaban sus mejores piezas, «Backbone», «Flying Whales», o las dos prodigiosas canciones que arrancan «The Way of All Flesh», «Oroborus» y «Toxic Garbage Island«, el ambiente ya era apoteósico en las primeras filas. Gran ambiente, sonidaco que muchos grandes del festival no tuvieron, y una banda en plena forma dispuesta a seguir creciendo más allá de las fronteras francesas.

CLUTCH
A la banda de Neil Fallon estamos hartos de verlos triunfar en festivales. ¿Por qué no hemos tenido el privilegio ya de tenerlos por aquí con una gira por salas en condiciones? Desde luego no será porque no hayan hecho los méritos necesarios para que a la gente le de por poblar las salas, ya que salieron modestamente triunfales de un Festimad accidentado, luego el año pasado despertaron a todos los trasnochadores rockeros del Azkena y ahora en Sonisphere se comieron con patatas a cualquiera que se pusiera en su camino.

Quizás las ganas del público de este concierto fueron mayores y contagiaron al siempre espectacular Neil, pero se notaba que algo sigue creciendo entre esta banda de Michigan y la península ibérica. La gente se volvía locA con el repaso que hicieron de “Blast Tyrant”, primero con “Pure Rock Fury” y luego hacia el final con “The Mob Goes Wild” o “Profits of Doom”. Además la comunicación de su cantante (el resto de la banda siempre está a su instrumento sin hacer mucho caso al gentío) fue sensacional, entre la entrega más absoluta de ambas partes y el buen rollo que se presupone en esto del rock. Los temas más recientes del repertorio, con ese regusto blues (“50.000 Unstoppable Watts”, “Struck Down” o el inicio con “Gravel Road”) demostraron que dentro de su cancionero hay cera para rato. A tenor de lo convencido que se iba a casa cualquiera de los que los había visitado con más curiosidad que otra cosa, volvieron a triunfar en otro festival repleto de grandes nombres. Verdaderos genios en lo suyo.

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26 de mayo de 2012