Segundo desplazamiento a la «sala» La Faena, para recibir una doble ración de sludge por tan sólo cinco euros y euro y medio la cerveza. Con ese precio y aunque no conocía nada el repertorio de Sloath, sólo por volver a ver a Reznik merecía la pena.
Reznik a lo suyo, es decir, a dar un conciertazo. En un ambiente familiar en el que si descontabas músicos, personal de la sala, organizadores, al padre de Lolo y a Iñaki de Moho, quedábamos cuatro gatos. Una pena tan escaso público para tan buen sonido y tan buen concierto. Los sonidos «gordos» de Reznik encontraron en La Faena su medio natural y nos presentaron nuevo tema. En la anécdota queda el «¿os está gustando?» de Diana y el «No me des eso, que está mi padre» de Lolo, pero sobre todo una propuesta instantánea que tiene todo su sentido en directo.
Sloath deslumbraron a nivel de sonido, pero ante el escaso público estuvieron algo faltos de actitud. Las guitarras y batería iban sobrados, y entre medias de las interpretaciones tenían tiempo para hacer bromas del cantante de origen asiático y sus poses al cantar. Impresionante la capacidad de este para hacerse un moño sobre la marcha, pero a parte de complementar el plano visual, su aportación al sonido de la banda era prácticamente testimonial porque la voz estaba filtradísima. Como nota, cuando entre tema y tema hablaba con el reverb no se le entendía nada. Las guitarras aplastantes y los temas tremendos. A mi se me iba el cuello con el sonido desplegado. Quizás el único pero aparte de que no se que pintaba la voz, es que cuando pidieron un tema más, no les debieron haber dejado. El bis fue el tema más machacón y más innecesario de todo el repertorio, pero en fin, que tampoco emborronó excesivamente el resto del concierto. Mención especial también para las gafas freaks de uno de los guitarristas y las pintas del cantante.
Tampoco se podía pedir peras al olmo, y en este caso, no se le podía pedir mucho más a un concierto con un grupo internacional y otro buen grupo madrileño por tan sólo cinco euros. Como malo, que una vez más, el concierto acabó fuera de tiempo de lo que estaba previsto y me privo de irme a ver The Freeks y como bueno todo lo demás. Que siga funcionando por mucho tiempo La Faena con conciertos de este tipo y a este precio.