Tenemos que destacar y defender cómo el festival ha tirado por tierra ciertos estándares a los que estábamos mal acostumbrados en los festivales españoles. Algo impensable, dada la maquinaria que un festival como esté lleva detrás, es que precisamente fueran ellos los que nos enseñaran que el trato y las facilidades con su público son clave: visibilidad absolutamente sensacional desde todos lados, buenos precios, gran sonido, excelente labor con el transporte y genial trato festival-público. Independientemente de lo dispar de su cartel, su precio y de la escasa variedad de propuestas de este macroconcierto, tenemos que romper una lanza en favor de su misma organización.
Es algo injusto hablar de un cartel como el que se presentaba para la noche del 4 de junio en el festival Rock In Rio, dónde tres bandas con algunos momentos destacables nos mostraban en lo que se han convertido.
Primero hablaremos de Macaco, que con los años y con su aproximación mediática a las masas ha conseguido terminar dejando sus dos primeros discos como obras a las que jamás volverá a acercarse. Aún demostró en el Escenario Mundo que su puesta en directo lo hace algo menos pesado, sobre todo cuando le dio por rescatar «Mundo Submarino», pero a estas alturas a Dani Macaco ya nos cuesta mucho creérnoslo. Al menos, no cómo cuando apareció con sus colegas Ojos de Brujo a mover el sonido barcelonés.
A Pereza cuesta verlos aún mas. La credibilidad siempre se la hemos tenido que dar escudada bajo un pasado que tiene que ver con Buenas Noches Rose, pero esos tiempos quedaron muy atrás. Su directo podría pintar ciertamente más rockero que el pop disfrazado que enseñan, pero es que en realidad no podemos decir mucho más. Al menos Ariel Rot se asomó a divertir un rato…
Lo de Bon Jovi, durante una extensión de concierto tan grande es complicado. Vale que no se prodigan mucho, pero la propuesta de un grupo como este se ve a la legua que está manida e insulsamente revivida de una manera artificial. Las posturitas, los medios tiempos facilongos y un destrozo al «Hallelujah» de Leonard Cohen por un Jon Bon Jovi falto de voz hicieron el resto.
Evidentemente las jornada del fin de semana siguiente con Rage Against The Machine y Metallica tenían mucho que enseñar de Rock.