Es inevitable hablar de Lee Ranaldo sin mencionar a Sonic Youth, lo que añade comparaciones odiosas de las que es difícil que cualquier ser humano salga bien parado. Por fortuna en un giro inteligente decidió embarcarse en un proyecto-banda en solitario con un sonido rock-pop lo suficientemente alejado de su banda madre, sin negarse las debidas influencias «sónicas».
Dieron el toque introductorio al concierto los catalanes Murnau B., que a pesar de ser relativamente desconocidos defendieron el derecho de haberse ganado su puesto, con un rock instrumental distorsionado que, como ellos mismos reconocen, bebe en grandes cantidades de la banda original del señor Ranaldo.
Al llegar al plato fuerte de la noche, ni grandes paripés ni efectismos: si algo define a Lee Ranaldo es un tipo sobrio, con los pies en la tierra y que no tiene otra intención que compartir sus honestas canciones dejando de lado experimentaciones o desvaríos artísticos , un buen reflejo de lo que consiguió con «Between The Times and The Tides».
Por otro lado la inmediatez de sus canciones no le impidió dejar su marca sónica personal en el escenario, con acordes poco convencionales, y acariciando las cuerdas de su guitarra con objetos de lo más variopinto.
Quiso la providencia que el concierto de Barcelona diese lugar justo después de que Kim Gordon anunciase los motivos de su separación con Thurston Moore, lo que sumado al hecho de que Ranaldo tocase temas que formarán parte del siguiente álbum de su banda; echa una nube de pesimismo sobre las posibilidades de una reunión de la juventud sónica en un futuro cercano.
Fue un detalle destacable la presencia prácticamente anónima de Steve Shelley, en un constante segundo plano que se interpretó como una declaración de intenciones de no confundirse con su anterior banda en común, ya que el protagonista de éste concierto tenía que ser Lee Ranaldo.
Las canciones nuevas que tocaron no se desviaban mucho de lo oído en «Between The Times and The Tides». Si bien uno de los temas, auto-definido como una ‘epopeya-drama de ciencia ficción’ (de duración considerable) consiguió atrapar la curiosidad y muestra que Lee Ranaldo no se va a contentar con sacar un álbum clavado al anterior.
Fue muy bienvenida la incorporación de introducciones explicativas en algunas canciones, contando la fuente de inspiración de Xtina as I knew her (uno delos grandes momentos del concierto) sobre el re encuentro con amigos de juventud, o el sentimiento que le provocaron las manifestaciones de Occupy Wall Street.
El concierto se cerró con una ronda de bises que terminó con Waitin’ on a Dream, al tiempo que Lee Ranaldo invitaba a los asistentes a quedarse después del concierto para charlar un rato. Éste conjunto de gestos dieron una imagen mucho más cercana de lo que es todo un icono del rock independiente y, aunque nuestro nombre no sea Xtina, nos sentimos como si hubiésemos asistido al concierto de un viejo amigo.