Tras dos jornadas del maratoniano Primavera Sound encima, el cosquilleo en las piernas empieza a ser similar al que se tiene cuando se ha hecho un maratón. El sábado es el día de estrujar las pocas fuerzas que quedan en pie para, si todo va en orden, aguantar hasta el ya clásico cierre de Dj Coco. Pero ¿qué pasa si justo es el día que empezamos antes en el Auditori?
LUJO, DIVERSIÓN Y DECEPCIÓN
En la crónica del día anterior manifestaba que aunque la sorpresa de Mogwai era uno de esos lujos que tan bien sabe preparar Primavera Sound, verlos supuso que variase mi plan de ir a ver a The Magnetic Fields presentar su extenso «50 Song Memoir» en todo un Auditori. No es justo plantearse mucho eso, pero si es cierto que una vez visto en la jornada la continuación del show uno tiene que lastimar el no haber usado su ticket de reserva para el viernes. El show continuaba pues por donde se quedó el día anterior, comenzando desde los 90 hasta el final y con un Stephin Merritt dentro de un decorado que simulaba una casita, mientras que el resto de músicos le rodeaban. La elegancia sonora de esta obra autobiográfica del propio Merritt sonó grandiosa en un recinto que no hace más que recordarnos que tenerle en el festival es un lujo. No se me ocurre mejor manera de haber comenzado esta jornada de despedida.
Con prisa fuimos a ver el proyecto JUNUN, que en esta ocasión no trajo consigo a Jony Greenwood de Radiohead pero si al resto de partes implicadas: el israelí Shye Ben Tzur y el combo The Rajasthan Express. Seguramente el suyo fue uno de los conciertos más divertidos de todo el festival, con esa inocencia y felicidad que mostraban los miembros de la formación de Jodhpur. Shye ejerció de buen maestro de ceremonias, aunque quizás se mostró demasiado intenso y serio durante la velada.
La otra cara de la moneda la trajeron Royal Trux regalando una actuación paupérrima. Con su habitual carácter errático no deberíamos sorprendernos mucho de que Jennifer Herrema apareciera en escena totalmente intoxicada, mientras Neil Hagerty intentaba poner una nota de cordura entre su propia intoxicación. La formación sonó potente, eso si, ayudados por un guitarrista y batería, pero costaba hasta reconocer las canciones. Para redondear la faena, Jennifer intentó irse de escena antes de acabar el concierto, con la consiguiente reprimenda de Neil.
PROFESIONALES: VETERANOS Y NOVELES
La antítesis a la poca profesionalidad de Royal Trux estaba en el otro lado del recinto con la actuación de Van Morrison. El escenario Heineken volvía a tener poco volumen, algo muy notable en un concierto en el que la mayoría iba más por curiosidad que por ser verdaderos seguidores del artista. Tanto que cuando sonó «Brown Eyed Girl» y «Gloria» para cerrar la gente lo celebró con un ímpetu desbordado. Seguimos hablando de lujos para un festival, porque tener al de Belfast es otro de ellos.
Los escoceses Teenage Fanclub, vecinos de Morrison, fueron otros que consiguieron deslumbrar con su profesionalidad y su perfección melódica. Fue una pena tenerles sólo durante una hora repasando su repertorio, pero curiosamente eligieron más un concierto de grandes éxitos que uno puramente de presentación de «Here». Muy buen sonido, casi todos los hits sonando, sonrisas entre el público, buen rollo en el ambiente… Pues lo que vienen siendo TFC.
Seguimos con veteranía, esta vez viajando hasta Jamaica. Grace Jones seguramente no pase a la historia por su colección de canciones o trabajos discográficos superlativos pero en cuanto a show-woman siempre será de las mejores. La veterana cantante apareció en escena prácticamente en topless, pero totalmente pintada todo el cuerpo y con una banda de musicos sensacional. Entre las sorpresas subió a escena a un musculado hombre que hizo un lapdance, pero mucho más sorprendente es ver a una mujer de 69 años moviéndose así.
SANDWICH DE GUITARRAS A ARCADE FIRE
Como ya habíamos podido dar cuenta del directo de Arcade Fire en modo especial para unos pocos el mismo jueves del festival, tocaba saltarse el comienzo de su actuación en el escenario grande para ir a ver a los padres del doom Sleep. Matt Pike y los suyos tuvieron un pésimo paso previo por Primavera Sound cuando hace unos años cancelaron de manera extraña y abrupta, entremezclando motivos de salud que parece nunca sucedieron. Aún así el festivla decide darles una segunda oportunidad y parece que la jugada de ponerlos a coincidir con el cabeza de cartel absoluto del festival funcionó. O al menos, delante del escenario Primavera había muchísima más gente de la esperada. Concierto excesivamente corto (no llegó a la hora) y donde dieron un recital de doom como pocas se vieron antes en el festival.
Arcade Fire no se andaron con demasiadas florituras en su puesta de largo, nada que ver con su anterior paso por el festival cuando presentaban «Reflektor». El repertorio fue muy similar al del jueves, con algún cambio en el inicio destacable («Wake Up» y «Neon Bible»), pero en la parte final que nos tocó ver pudimos volver a ver que siguen en forma, que tocaron otro tema nuevo que no trae demasiadas novedades y, sobre todo, que quizás sean ellos y solo ellos los únicos que pueden hacer sombra a Radiohead en cuanto a tirón popular y aplausos de crítica. Desde luego la explanada estaba igual de llena que con los británicos el año pasado.
Otros que han pasado ya muchas veces por el festival son Japandroids, pero siempre en escenarios menores. Un gustazo ver que su paso por esta edición fuera en un escenario tan importante como el Primavera, así como ver que delante de ellos había muchísima gente. No hablemos de las primeras filas, porque verdaderamente fueron un clamor de sudor, empujones, gargantas cantando y el ya tradicional puño en alto. El concierto nos trajo un sonido que los hizo mucha justicia, siendo una delicia en temas clásicos como «Wet Hair», «Younger Us» o «The House that Heaven Built», pero además esa puesta en escena del flojo «Near to the Wild Heart of Life» funcionó mucho mejor con la crudeza del directo. Si no me equivoco, este concierto ha significado que su status sube un peldaño más.
LOS CIERRES DEL PRIMAVERA SOUND SON CADA DÍA MÁS COMPLICADOS
Siguiendo con las sorpresas que nos fueron regalando, las hermanas de HAIM se subían al escenario Ray Ban a modo de concierto promocional para presentar su inminente nuevo trabajo. La maniobra es buena por ambas partes, teniendo el festival un nombre interesante y la banda una promoción estupenda, pero seguramente la elección de horarios fue un poco bajón. Y el caso es que el concierto fue bueno, pero el cierre de festival se tornó en demasiado incómodo ante la ausencia de otras opciones y que todo sucedió en el mismo escenario.
Al menos, lo de !!! volvió a ser tan divertido como siempre, aunque ya ni siquiera toquen nada de sus inicios. Parece que están viviendo una segunda juventud, con un cierto regreso al funk más clásico de «Myth Takes» pero en versión mucho más pachanga. El loco de Nic Offer es un genio de lo suyo, así que todos terminamos bailando al ritmo de «Freedom 15», «One Girl/One Boy» y «Slyd» en un concierto cortito pero suficiente para mantenernos despiertos (serían las 5 de la noche).
El cierre de festival de Dj Coco sigue siendo algo a lo que no podemos negarnos los que llevamos años yendo al Fórum, pero del mismo modo este año la cosa fue bastante incomoda con solamente un escenario funcionando, cada vez más gente aguantando hasta el cierre y con una sesión que ya apenas tiene recuerdo para el rock, el punk o el metal como antaño. Pero bueno, siempre nos quedará seguir soñando como cantan cada Primavera Sound los jovencitos Journey.