Cosas que pasan, tenía una extensa crónica de esta segunda actuación de los Posies en Bilbao en dos años y se me ha borrado. ¿Habrá sido algún azar del destino el querer borrar el registro de este concierto? Porque lo cierto es que no fue su noche y por referencias pudo ser uno de los más flojos de su gira española tocando el clásico «Frosting on the Beater».
Así, en una sala Bilborrock con su peculiaridad en cuanto al autoservicio de alcohol y medio vacía la pareja, Jon Auer (capitaneando más que nunca) y Ken Stringfellow comenzaron a tocar en orden este disco, una de las joyas menos reconocidas de los 90, libro de estilo de otras bandas que si han conseguido el éxito masivo que ellos no, como los mismísimos Foo Fighters. Obviamente las comparaciones son odiosas, ni The Posies tienen tanto público ni tan entregado, de hecho el estatismo fue patente en la sala, tanto en los mejores como en los peores momentos.
Arrancaron con algunos de los mejores, como «Dream All Day» y «Solar Sister», pero al igual que pasa con el disco, por el ecuador de este repaso la cosa se enfrió. Eso si, no faltaron ni los saltos de Auer, ni los escupitajos de Stringfellow, ni los destrozos. Las guitarras, cuerdas deshojadas como margaritas, volaban de las manos de la pareja. La química con el público no se fraguó, muy a diferencia de lo sucedido el pasado año en el Kafe Antzokia, aunque la culpa habría que echársela el público al menos en un 80%.
El caso es que el final del repaso vio a la banda remontando el vuelo, gracias primero a la contundencia de «When Mute Tongues Speak». Después se vivió un momento bastante mágico con «Lights Out», donde incluso arrancaron algún tímido coro por parte del público. Este clímax se prolongó con la oscura y casi grunge «How She Lied by Living», grandes momentos que la recuperación del disco nos dio y que seguramente no volvamos a vivir. Y la cosa terminó de forma inmmejorablemente cuando la sección rítmica salió de escena y la pareja interpretó, a guitarra y teclados, la descorazonada «Coming Right Along», poniendo música a la soledad. Y así salieron del escenario.
Terminado pues el disco, los bises rescataron algún otro tema, no del todo previsible. Cuando sonó un ritmo pregrabado me temí lo peor, es decir, que no había bises. Pero pronto salió la banda… ah, claro, era «Start a Life» una canción que en disco dice bastante poco pero que fue de lo más divertido y bailongo del concierto. Una versión muy funky y rockera a la vez. El siguiente tema lo dedicaron a su proceso electoral, deseando el tan cacareado cambio en EE.UU. Y la cosa finalizó en probablemente el mejor momento, con «Ontario».
Con un «Everybody is a Fucking Liar» nos hubiéramos quedado mucho más a gusto. Aún así, correcto concierto, aunque se puede decir que en este caso, más que nunca, el setlist fue lo que lo salvó. Como digo, una sala medio vacía y parada desmotiva bastante, pero para otra vez, hace falta más actitud por parte de la banda. Mucho me temo que los Posies acabaron la gira por Bilbao más de turistas que como músicos.