Como Devo no pisan Madrid, pues van y nos traen a unos japos con idénticos monos e idénticos moogs. ¿Suficiente para matar el gusanillo? ¡Pues si!
Expectación inusitada en una de las salas menos aptas para conciertos a reventar y una de las que mas cantidad de trendys (modernos, vamos) recibe. La unión de todo esto debió ser el detonante para que las entradas anticipadas en apenas unos días volaran y las de taquilla apenas un minuto.
Abrieron fuego en la sofocante y repleta Nasti los teloneros perfectos. No siempre encajan, pero rara vez fallan. Grabba Grabba Tape en su salsa, con el trasfondo de Devo en el horizonte, pero sin embargo un concierto mucho menos acertado que lo esperado. Además de una asfixia evidente por parte de su batería, este concierto sirvió sobre todo para presentar nuevos temas, dedicar el típico momento Festimad con «Killing In The Name» y el de comedia con sus habituales chistes malos. Que saquen nuevo disco ya, hombre.
Ambientazo esperable por tanto el del concierto de Polysics, pero para nada tan aguerrido y enfurecido como el de los primeros compases de concierto. Pogo increíble desde «Buggie Techinica» a «Tei! Tei! Tei!», fiesta bailonga gracias a «I My Me Mine» y cantarinas como «My Sharona» o «Kaja Kaja Goo».
Pero sobre todo reinó el sudor. Mucho sudor. Al menos, ellos y sus anaranjados monos supuraban sudor nipón. Por ejemplo, el alocado cantante y guitarrista Hiroyuki Hayashi chorreaba. Lo mismo que Fumi al bajo o Masashi Yano a la batería. Lo contrario a la callada y metódica Kayo a los teclados.
Un concierto mucho mas punk de lo que uno podía esperar: por la caña de los japos y por la fiereza de las primeras filas. Notable, aunque se comieran el «Electric Surfin’ Go Go» como bis.
