Esto de organizar conciertos es como jugar al bingo. Sólo que esto es más caro y casi que más aleatorio. El concierto estaba fijado el 12 de marzo, pero temas laborales obligaban a buscar otra fecha. En principio, el 19 aunque puente, teniendo en cuenta que Orthodox llevaban más de dos años sin tocar y el aforo de Wurtlizer no es muy amplio no parecía mala fecha. Estamos hablando de hace cuatro meses. Pero ya es difícil que haya conciertos de doom tan ortodoxos (nunca mejor dicho), pero ya es puñetera mala suerte el que con posterioridad a que fijes la fecha, te pongan el mismo dia a Katatonia+Swallow The Sun en un lado y el concierto de despedida de Theatre of Tragedy en otro. Se preveía hostiazo de taquilla, pero yo creo que la buena labor de promo y que era el concierto «más true» de todos los del día, salvo los trastos. 130 personas con todo lo que había, un puente «katatonico», es una estupenda entrada.
Reznik empezaron puntualmente su set de treinta y cinco minutos. Durante la prueba de sonido ensayaron el tema más largo de su repertorio, una versión de seis minutos de los suizos Hellhammer. El concierto, como siempre, de esta banda marciano y sorprendente. Como Dr. Jeckyll/Mr. Hyde son una banda completamente distinta en directo a lo que suenan en su único LP, «El Mal». Aquí son una banda que vive de la potencia de la guitarra de Diana y la pegada de Lolo. En esta ocasión, Diana no montaba sus habituales dos amplis con cabezal Sovietk que atruenan el escenario, haciendo innecesaria la presencia de bajo. Salvo la falta de un poco más de potencia, como siempre ofrecieron un directo superior a como suenan en disco, sorprendiendo a todos aquellos que no los habían visto en directo. La pirueta final de un Lolo sin camiseta, sobre su batería, tirando el juego de timbales fue el perfecto colofón a un set, corto, pero intenso.
Sorprendentes también Monkeypriest. Atruenan en su único y prometedor EP, «Defending the tree», pero atruenan mucho más en directo, con Pedro transformado de una persona tranquila fuera del escenario en tremendo «voceras» encima de él. A pesar de ser una banda nueva, llama la atención el sonido tan compacto que sacan, la pose extraña del batería con la cabeza hacia atras mirando al techo y como el guitarra a pesar de su tamaño se corva para tocar la guitarra a ras de suelo. Su sludge-doom basado en riff básico, acelerados o desacelerados, a lo Grief o Moho, demuestra que son una banda a tener ahora mismo en cuenta y por los nuevos temas que presentaron, con un futuro prometedor. Pena que su ciudad de procedencia, Sevilla, no les permita tocar más a menudo. Si Reznik versionearon a Hellhammer, pareció que Monkeypriest se hubieran puesto de acuerdo para tocar «Procreation Of The Wicked» de Celtic Frost. Como siempre «Doomsday», uno de los temas estrella de su EP, fue el tema elegido para cerrar.
Orthodox llevaban dos años largos sin aparecer por Madrid. Era la primera vez que acudían a la capital como cabezas de cartel, por lo que eran muchas las expectativas. Por mi parte como organizador del evento, pedir disculpas por la imposibilidad de que tocaran en directo temas de «Sentencia» dada la abundancia instrumental del disco, cuando lo había publicitado en principio así, pero creo que el set basado en temas de «Gran Poder» y «Amanecer en Puerta Oscura» junto a algunos temas nuevos, en idéntica línea que los discos apuntados, que pintan extraordinariamente bien, no defraudo al público. La voz de Marco empezó algo fria al comienzo del concierto, pero se fue entonando hasta sonar prácticamente sobrenatural. El inicio del concierto fue la parte más magra, con «Solemne Triduo» como momento estrella, pero con temas tan característicos como «El Lamento del Cabrón» o «Parte II: Apogeum» con esa aceleración final. Después dos temas nuevos para seguir con otro de los clásicos «Geryon’s Throne» y versión de Black Sabbath final. Concierto pluscuamperfecto, con mismo calificativo para la comunión entre los músicos en el escenario, de una de las bandas más especiales y con una personalidad más definida del underground nacional. Increíble la manera de tirar de las cuerdas de su bajo y cantar de Marco Serrato (otro que es una bestia en el escenario y una persona afable y cercana fuera del mismo) y como se complementa con el resto de la banda y la manera de mover la cabeza de Ricardo con su larga melena, que hizo las delicias de los muchos fotógrafos que había en la sala.
Uno de los mejores carteles ya no de sludge-doom, sino de metal, en general, que se puede montar ahora mismo con bandas nacionales, con permiso de lo que se organizo días antes en Granada con Orthodox, Viaje a 800 y Moho y el día después con la inclusión de Loan, que cumplió las expectativas del respetable. Todo el público salió encantado por lo leído en los foros con el concierto de la Wurtlitzer (muchas gracias a la sala por dejar alargar los tiempos del concierto). Esperemos que conciertos semejantes se puedan repetir, con más afluencia de público, incluso.