Oportunidad única de ver en una sala de reducido tamaño como La Boite a una de las personalidades más carísmaticas del rock actual, Nick Olivieri, que ha formado parte de bandas tan míticas como Kyuss, Queens of the Stone Age, Dwarves o Mondo Generator, que no habia que perderse, además teloneado por una de la mejores bandas de la capital, los instrumentales El Páramo.
De El Páramo me quedó la verdad, sin cosas que decir, ya que han sido tantos y tan buenos conciertos los vividos a lo largo del año, que temo repetirme. Eso si, si en la anterior comparencia en la complicada, a nivel de sonido, La Boite, con Loan y Humanfly lo que primó fué la potencia, en este caso, la banda sonó a menor volumen pero muy definida. El público, una vez más, entregao y como ejemplo el propio Olivieri que les ofreció en tono de broma, ser su cantante o en tono más serio, el tocar con ellos con su actual banda, Mondo Generator en una futura gira,
Nick Olivieri en principio venia con banda de acompañamiento. Lo que al final encontramos fue a un Nick Olivieri cantando en acústico acompañado sólo de su guitarra, tirando de repertorio de sus anteriores bandas y alguna versión. Yo disfruté más con los temas de Qotsa como «I want you to die», «Autopilot» o «Millionaire» que con los de Mondo Generator como «So High So Low» o «Four Corners» (este interpretado también junto a su novia, una «jamelga» a la que en lucha contra la gravedad se le sujetaban increiblemente los pantalones por debajo de la cintura, eso sí con muy buena voz). Ahora que para un «true stoner» fue muy grande el poder escuchar «Green Machine» de los Kyuss interpretado por uno de sus miembros originarios. En cuanto a versiones tiro de temas como «Back to Duncaree High» de los noruegos Turbonegro o «Endless Vacation» de los Ramones.
El tio derrocha carisma, la manera de desgañitarse y cantar es asombrosa, pero un concierto basado únicamente en voz y guitarra sin más variedad, se me hizo largo de más. Como prueba de ello es que al día siguiente me iba para Bilbao y no repetí actuación, aunque hubo la posibilidad.
Destacar también la relativa buena entrada (media sala) del concierto teniendo en cuenta la coincidencia en fecha con la reunión de Skunk Anansie con llenazo en La Riviera. De El Páramo, decir que pues otro gran concierto más que echarse a la saca (suma y sigue) y lo de Nick Olivieri fue más que un concierto, una especie de reunión de «amigos» en el que pudimos rememorar alguno de los mejores momentos de su carrera.