/Crónicas///

Mono – Madrid (05/12/2006)

Tamaki, Taka Goto, Yoda, Yasunori Takada
8.7
Moby Dick, Lleno
Precio: 16 €
Géneros:

Acercarse a disfrutar de un concierto de una banda como la de los japoneses Mono, con su post rock entre la delicadeza y la repentina violencia, siempre es un tanto difícil de asimilar. Y más siendo un concierto de quedarse uno de pie mirando asombrado y como mucho dar palmadas cada diez minutos. Por tanto, no era tarea fácil de conseguir lo que estos cuatro nipones consiguieron.

La sala Moby Dick estaba llenísima y a la hora de entrar vimos con asombro un amplísimo numero de gente agolpada en las primeras filas. Como pudimos comprobar hace unas semanas en el concierto de Don Caballero en Siroco, en este tipo de conciertos es básico ver a los músicos y en esta ocasión fue un verdadero filón acercarse a esas primeras filas.

Trás una intro bastante extraña y extensa, los cuatro japoneses salieron a por todas (a su manera). Dos guitarras, un bajo, una batería, un par de teclados y un xilófono eran los cachivaches elegidos para mantener nuestra atención intacta y realmente fue suficiente. «The Flames Beyond the Cold Mountain», de su más reciente álbum, sonó increíblemente bien. Para nada comparable a su sonido en el disco, en la que la falta de pegada deja un disco mucho más desangelado en comparación. Exactamente igual pasó con los demás temas de «You Are There». «Yearning» sonó infinitamente mejor en directo tanto en su parte más frágil del comienzo como en la magistralmente animalizada parte final. «Moonlight», que volviendo a la comparación del disco, sonó vibrante y supuró emotividad por los cuatro costados. Por otro lado, «A Heart Has Asked For the Pleasure» nos sorprendió muchísimo por el uso del xilófono y de las guitarras como si de una orquesta sinfónica se tratará.

La gente aplaudió cada tema como si de una banda de las grandes se tratará, y es que la propuesta de estos cuatro chicos es realmente magistral. Son verdaderamente para gozarlos en directo gusten o no en disco, como las caras atónitas de todos nos demostraba. La base rítmica estuvo muy correcta, pero Yasunori Takada a la batería (además de al xilófono y teclados en una canción) tuvo unos cuantos momentos en las partes de mas guitarrazo rabioso verdaderamente magnífico. Y aunque Tamaki y Yasunori Takada estuvieran muy correctos, los grandes protagonistas fueron Yoda y «Taka» a las guitarras, en una verdadera demostración de virtuosismo y entrega al instrumento. Bien sea por la precisión que tuvieron, por el perfecto uso del grandísimo número de pedales y efectos que tenían bajo el pie o simplemente por disfrutar cada tema que tocaron se merecieron el premio a los mejores de la noche.

Como decíamos, aparte de su más reciente disco, tuvimos pequeñas incursiones a sus otros tres discos aunque quedando como algo anecdótico a lo largo de la más de una hora que estuvieron encima del escenario. El mejor momento del concierto estuvo lleno de esos momentos a pesar de la notoria mejoría de las nuevas piezas en directo. Llegando hacía el final, sobre todo, llegó «The Kidnapper Bell» de «Under The Pipal Tree», disco que en 2001 editaron en Tzadik. Portentosa y vigorosa la interpretación por los cuatro, pero en este caso sobre todo rendirse al perfecto dialogo entre guitarras y batería, en un tema post rock de los que más de uno debería estudiarse antes de coger una guitarra.

Más de una hora de concierto, pero escaso para todos los que estábamos (aunque también hay que reconocer que estar más de una hora sin moverse, es duro). Así que nada más irse, los vítores y aplausos de la madrileña sala pedía más. Ellos decidieron perder la oportunidad de redondear su magnífica actuación a pesar de lo inmensamente entregado del público. Probablemente, el único punto bajo del concierto.

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5 de diciembre de 2006