Que el primer concierto (al día siguiente, repetían) de Metallica en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid iba a generar polémica era obvio. Lo que no lo era tanto era que la generaran Mastodon – ajenos a todo ello – al ser los primeros en tocar. No vamos a discutir eso, gustos personales aparte, pero si que los dejaran tocar apenas 20 minutos y que sólo se abrieran puertas 15 minutos antes de que salieran a escena. Dado el volumen de gente que hubo en las colas y esta falta de previsión por parte de la organización tuvimos que conformarnos con ver como desmontaban los instrumentos. Esto no se hace.
Para colmo tuvimos que ver al completo el atronador sonido de los peludos de Lamb Of God, que a decir verdad gustaron mucho más entre el sector metalero. Hubo un par de momentos de diversidad dónde pudimos llegar a disfrutar de un concierto bastante lineal y simplón. Aún así, los reconocemos como una buena banda en lo suyo: dar tralla.
Para Metallica la cosa se iba a años luz de sus teloneros, al menos en cuanto a espectáculo y devoción. El escenario formaba en el centro, ellos accedían rápidamente por un lateral con el «Ecstasy Of Gold» de Morricone y otra intro con todo el subidón para… ¡¡¡Darnos un bajón brutal con dos temas nuevos!!! No se puede hacer eso, «That Was Just Your Life» y «The End Of The Line» son un inicio de concierto lamentable. Al menos, nos quedamos con que el sonido carecía de toda pegada (me hubiera fastidiado un «Blackened» así) y con el enorme placer de poder ver a Metallica comodamente, con los correspondientes airguitar del vecino melenudo con espacio aparte. Una maravilla, tan grande como la esperada «One» y las algo menos habituales «Holier Than Thou» y «For Whom The Bell Tolls»… De nuevo decidieron sacar el disco nuevo a pasear con mejor resultado de sonido y de composición con «Broken, Beat And Scarred» y «Cyanide».
Pero la gracia de estos conciertos en Pabellón, con escenario central, está más en todo lo que rodea el concierto que en las propias canciones. Insistimos que solo por poder ver a todos y cada uno de los miembros cerquita (se iban moviendo por un escenario repleto de micrófonos), sin agobios y con espacio para disfrutar, merecía la pena ir. Un servidor solo los había visto en el pasado Electric Festival, con lo cual la gran espinita se quitó de la mejor manera. El sonido fue el gran problema de todo el show, cosa bastante intolerable cuando pagas lo que pagas…
Inamovibles sin embargo se quedaron los clásicos «Sad But True», «Master Of Puppets», «Nothing Else Matters» y «Enter Sandman» – de lo poco que permanece completamente estático en su set – pero que buen gusto dio oírse una soberbia «Turn The Page» de Bob Seger y una aceptable «Battery». ¿He dicho que el sonido en general fue lamentable? Quizás fue cosa de la posición de cada uno frente al ring-escenario, pero yo diría que no.
Para los bises, antes del habitual «Seek And Destroy» final para el que soltaron pelotas de playa con el logo de la banda, escogieron «Blitzkrieg» de la misma banda como homenaje y una «Motorbreath» que mejoró bastante el sonido. Siguiendo con el tema de las pelotitas, que vergüenza ver una pelea iniciada por una de ellas… Si lo hubiera visto Rob Trujillo, se hubiera quedado solo…