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Mark Kozelek – Sevilla (16/02/2011)

Mark Kozelek
8.0
Teatro Central, 3/4 de sala
Precio: 15 €
Géneros: ,

La actuación de Mark Kozelek en Sevilla vino acompañada de fuertes y persistentes vientos y lluvia desde la mañana; como si su presencia requiera de tales condiciones atmosféricas para así propiciar el total disfrute de su música. Y es que si las canciones del de Ohio en disco ya son de por sí melancólicas o directamente tristes, solo y en directo, acompañado únicamente de su inseparable acústica, arropado por la oscuridad del teatro y el silencio del público, lo suyo podía ser estremecedor.

Pero no había otra forma de presentar «Admiral Fell Promises», su reciente cuarto álbum de estudio bajo el nombre de Sun Kil Moon; en el que lo único que se escucha es su voz y su compañera de seis cuerdad, prescindiendo de la banda de acompañamiento y, por tanto, de la modesta electricidad de «April». Por este motivo, por bastarse él mismo para hacer todo el disco, y por presentar canciones de toda su carrera, incluídos temas de Red House Painters, la gira se presentaba con su nombre y no con el de su actual proyecto.

Así, muy puntual, a las nueve apareció el hombre sobre un escenario en el que momentos antes sólo estaban su instrumento, una silla, un micro y unos pedales. Pistas suficientes para saber que el artista buscaba esta vez la más pura esencia, quizá el alma, de composiciones de toda su carrera. Se sentó, afinó un poco (cosa que hizo frecuentemente a lo largo del concierto, incluso interrumpiendo canciones para ello), carraspeó y comenzó.

Yo iba acompañado de un grupo de fans absolutos de la música de este trovador contemporáneo, que ya lo habían visto en ocasiones anteriores y que siempre iban buscando ese momento de recogimento y conexión entre aquella frágil música y su público, entre el creador y el oyente. Me parece muy loable esta posición, de una pureza insuperable si se consigue entrar en aquel mantra de lleno, cosa que imagino sólo puede alcanzarse si eres un seguidor de toda la vida o si tienes una determinada sensibilidad.

Yo, seguidor de Kozelek, no lo era tanto como muchos de los que estaban allí y, la verdad, si no hubiera sido un concierto suyo, no creo que hubiese asistido a una actuación de hora y media larga de un músico cantando canciones a la guitarra. Pero imaginaba que la magia estaba ahí, y en muchos momentos, lo estuvo: Mark es un virtuoso de la acústica, capaz de mantener rasgueos y arpegios complejos durante bastante tiempo (llegó a quejarse de que le dolía la mano), cantando con su portentosa voz a la vez, y capaz de mantener absortos a sus seguidores durante todo el tiempo.

Como era de esperar, «Alesund», «Half Moon Bay», «Third and Seneca», y otras de su último trabajo fue lo predominante; con paradas en su predecesor ( «Lucky Man», «Heron Blue» ), en los anteriores trabajos de Sun Kil Moon, y en los Pintores, con su esperada «Katy Song». Entre tema y tema, se mostró afable aunque algo frustrado por no mantener una relación más cálida con la gente por no saber español, y sobre todo satisfecho por la ausencia de humos consecuencia de la nueva Ley.

En conjunto, el recital no se hizo largo, como temí en un principio, y casi todo el tiempo estuve atento a cómo tocaba y cantaba el cantauror, y puede decirse que fue una bella noche. Sólo lamento no ser un fan de siempre, no conocer toda su amplia obra, y no tenerlo en tan alta estima como gran parte del resto de asistentes, porque entonces supongo que la experiencia habría sido arrebatadora. Pero lo dicho, triunfo. Y como colofón, en el bis, aceptó propuestas del público, aunque finalmente pasó de todos y tocó una bonita versión del «Follow You Follow Me» de Genesis. Bonito broche a una jornada de reflexión bajo la lluvia.

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16 de febrero de 2011