En una gélida noche de invierno en la capital, las bajas temperaturas al otro lado de los muros de Moby Dick se instalaron en el ambiente de esta, en principio, prometedora noche de buen punk. Con un escaso público y la frialdad comentada, tuvieron que arrancar Fabuloso Combo Espectro su actuación con la que presentaban su nuevo Lp de título homónimo. Con su propuesta de punk marciano e ingredientes psicodélicos, el cuarteto demostró la mayor complejidad y ambición de sus nuevas composiciones dentro de un cancionero en el que destacaron el post punk de “Galopando a Lomos De Un Ataúd”, la visceral “Reingeniería Aplicada a Los Procesos Del Mal”, la oscura “Tarada”, o la bailonga y ácida “Perfil siniestro”. Junto a ellas alguna pieza de Ep´s anteriores como la instrumental “Lomo De Bolsillo” o “Don´t Waste My Time”, y la sensación de que sin tanto problema técnico de guitarras, y algo más de público, Fabuloso Combo Espectro puede dar conciertos más que validos y sugerentes.
Era el momento del trío londinense Male Bonding (ahora cuarteto gracias al apoyo de un segundo guitarra), y pese a que la sala tomó algo de temperatura, la sensación de frialdad continúo durante la escasa hora de concierto que nos brindó la banda del sello Sub Pop. Tras pasar por el Primavera Sound en sus dos última ediciones, ahora nos presentaban en gira propia el que fue su último lanzamiento “Endless Now” (Sub Pop, 2011), y alternando los hits de éste, con su primer y más aguerrido “Nothing Hurts” (Sub Pop, 2010), ofrecieron un concierto directo, agitado y palpitante, al que sin embargo le faltó algo más de entusiasmo por parte de un público algo apagado, y algo más de capacidad por parte de los propios Male Bonding para conseguir un cambio de actitud en la concurrencia.
Y que conste que lo intentaron. Un comienzo demoledor con las dos piezas que abren su último Lp (“Tame The Sun” y “Carrying”) tocadas en su versión más agresiva, unidas al pelotazo punk que es «All Things This Way», deberían ser más que suficiente para mover al más empanado, y arrancar un concierto a tono. Lejos de conseguirlo la banda siguió a piñón con la esperanza de que alguno de los siguientes hits consiguiese animar una noche que no parecía estar preparada para grandes gestas. La cosa se vino un poco arriba gracias a una parte central con «Year’s Not Long», “Weird Feeling”, o la casi tropical “Franklin”, que fue incluso tímidamente coreada. En esos momentos se hizo algo de justicia a la potente base rítmica comandada por un genial Robin Silas a las baquetas, que junto al agradecido sonido que casi siempre ofrece Moby Dick, ayudaba a disfrutar de grandes momentos llenos de curradas armonías melódicas, y juegos vocales notablemente ejecutados. Los `Uh Uh Uh´ y `Ah Ah Ah´ se repetían uno tras otro al mismo ritmo que las canciones iban pasando con el trepidante ritmo que el grupo impuso a su actuación. Como sí la falta de apoyo por parte del respetable provocase que el cuarteto quisiera acabar cuanto antes, lo cierto es que por suerte esto no jugó en contra de unos temas que sonaron en su versión rabiosa incluso mejor que en los discos de estudio. Así llegamos a “Bones”, pieza que puede presumir de ser la más larga del combo, y que supuso otro de los momentos álgidos de la noche. Para rematar la velada el post-hardcore de cariz melódico sonó en “T.U.F.F” de forma contundente, y redondeó de esta forma una actuación muy correcta de los londinenses en cuanto a ejecución y actitud, pero a la que le faltó algo de empatía para conseguir la comunión banda-público necesaria en este tipo de conciertos. Como muestra, ni bises hubo…