Noche a priori muy atractiva para los amantes de los sonidos del hardcore y el metal agresivo, pero con un punto cerebral. Encabezando, Kylesa, una de las bandas punteras de esa escena de Savannah popularizada por Mastodon. Como segundo plato, sus vecinos Circle Takes the Square, banda de cierto culto post-hardcore y en el papel de invitados desconocidos, los canadienses KEN Mode.
Estos últimos abrieron la sesión y pronto se revelaron como la gran sorpresa de la noche. Desplegaron su hardcore metalizado y aplastante, donde cabían momentos de mayor velocidad y otros cercanos al sludge y el doom. Como nexo de su asalto sonoro en general, una fuerte componente noise-rock que acompañó al trío en su breve pero intenso recital, que nos hizo pensar en Unsane por encima de cualquier otro grupo. Pese a sufrir problemas técnicos, al parecer más derivados de su propio material que de otra cosa, salieron airosos y nos abandonaron en un clima paranoide con su vocalista gritando y escupiendo con cara de poseído. KEN Mode ya prometían en estudio, habrá que seguirles de cerca.
No podemos decir lo mismo de Circle Takes The Square, la pieza floja del engranaje de la noche, con todo lo que probaron sonido. Se presentaron también en formato trío y pese a tener una base de fans previsiblemente mayor a la de sus antecesores, dejaron indiferente a la mayoría del publico. La escasez metálica en la mezcla puede ser una razón, pero lo cierto es que sonaron un tanto planos. Lo cual es paradójico para una banda que combina elementos de dos géneros tan dinámicos como hardcore y rock progresivo. Sus voces resultan incluso mas irritantes en directo que en disco y desaprovechan el complemento que podría ofrecer una voz masculina y otra femenina, gritando de una forma demasiado similar y monocroma. Ni siquiera piezas con solera como «In the Nervous Light of Sunday» consiguieron transmitir gran cosa.
Se habla mucho de los directos de Kylesa y no demasiado bien. En cierto modo, los norteamericanos están siendo en los últimos años una especie de «nuevos Deftones»; una banda que todos alaban en estudio pero no tantos en directo. Puede que no sean el grupo más perfecto del mundo en este aspecto, pero en esta ocasión, superaron con creces la impresión de su visita previa a Bilbao (que tampoco estuvo mal), dejando contenta a una gran mayoría del Azkena.
Centraron su repertorio en su último disco «Spiral Shadow» con varias paradas en «Static Tensions», dejando claro que su camino transcurre más por la psicodelia y los cauces más alternativos del metal que por su pasado más hardcore. Mayor dosis de melodías, canciones más pegadizas y devaneos instrumentales de mayor flujo hipnótico, sin abandonar el sonido de apisonadora que siempre les ha caracterizado. Incluso vimos a un Philip Cope jugando con el theremin para poner énfasis en los ambientes, lo que junto a su doble batería contribuye a un clima mas psicodélico.
A Laura Pleasants, auténtica frontwoman de la banda, la vimos mejor y más segura esta vez combinando voz y guitarra. De hecho Cope, que por cierto acompaña con un look más maduro la evolución de la banda, flojeó un poco más que Laura esta vez en las voces. Y es que cuando escribes melodías vocales tan brillantes como «Don’t Look Back» has de ser capaz de defenderlas en directo como tal himno merece. Por lo demás, un concierto muy coherente con un setlist que alterna bien temas brutos con otros más melódicos o etéreos, destacando entre su colección de nuevas canciones los guiños al penúltimo disco de la climática «Unknown Awareness» o la muy cafre «Scapegoat», uno de los momentos que dieron para pequeños pogos en las primeras filas.
Pusieron punto final al concierto los bises al ritmo de los riffs sabathicos de «Running Red» y el guiño final a ese pasado más punk de «Where The Horizon Unfolds», dejando una muy buena impresión y ratificándose, se diga lo que se diga, como una de las bandas de metal más interesantes de la actualidad. En este caso, tanto repertorio como directo cumplieron con buena nota.