Cual hype huracanado, Kaiser Chiefs surgieron de la nada y consiguieron arrastrar con ellos a legión de seguidores gracias a sus melodías bailables y una mezcla de guitarras indies con pegadizos teclados; que si en cierto modo no destaca por su originalidad, sí por lo bien que entra el grupo de primeras.
Pasada su explosión inicial de popularidad, Kaiser Chiefs vuelven de nuevo a Barcelona para presentar su segundo álbum Yours truly, angry Mob, que en resumidas cuentas es menos fiestero y resulta un intento de madurar en sus melodías; va a sentar realmente bien este aspecto en su directo?
Realmente había menos gente de la que servidor esperaba, sobretodo después de ver la avalancha de aficionados al de Bloc Party, de modo que en éste caso se entendía su actuación en un recinto como el novato y reducido Espacio Movistar.
Los teloneros fueron unos prácticamente desconocidos The Wombats, con un estilo parecido al del grupo principal, aunque con bastante humor en partes de su actuación y con una estructura de canciones bastante caótica; realmente tienen cualidades para llegar lejos, especialmente bien sonó una canción suya dedicada a Joy Division.
Terminada su escueta interpretación, y después de una considerable espera se abrió el telón de fondo que anunciaba a los esperados Kaiser Chiefs, con una certera Everiday I Love You Less and Less, una cancionaza que entra directo a la vena y que abre a su vez su primer disco.
A partir de aquí soltaron sin reparo su artillería infalible como su single Ruby, la coreada Na Na Na Na Naa, para hacer tras unas cuantas canciones una pausa de relativa calma con tanto ritmo acelerado con la más relajada I Can’t do it Without You.
Es una pena que entre la valla y el escenario hubiese una distancia equivalente a la garganta de Springfield, porque realmente se veía a Ricky Wilson muy motivado con el público y haciendo numeritos para el disfrute del personal; realmente estaría bien que los organizadores del susodicho espacio pensaran en crear un ambiente más adecuado a la banda en cuestión que visita la ciudad.
A pesar de todo tal distanciamiento no fue impedimiento para que el frontman se colara en la barra lateral del bar a tomarse una cerveza, para luego hacer surfing desde ahí hasta el escenario, mientras sus compañeros de banda hacían un arreglo instrumental, en lo que fue posiblemente el momento cumbre del concierto.
Durante la escasa duración del concierto, se dió especial protagonismo al segundo disco (lógico por otra parte), aunque quizás hubiese preferido que explotasen más el primero, especialmente eché de menos la fiestera Saturday Night, aunque no se dejaron auténticos himnos cantables y bailables del grupo, como I Predict a Riot u Oh My God, canción que junto a The Angry Mob usaron para cerrar tan animado evento.
Sin duda todos pasamos un genial rato con ellos y son capaces de poner en marcha a cualquiera con este irresistible estilo que tienen, aunque es una pena que por temas como la fría disposición de la sala, o su cortísimo tiempo de actuación (una hora escasa) la experiencia de anoche estuviese lejos de ser perfecta; sin embargo sí dejaron con ganas de más, por lo que esperemos que vuelvan más adelante con más y más cargamentos de diversión y desenfado musical.