No es la primera vez que hablamos de un concierto en este tono, pero vamos el concierto de regreso a Madrid de Jon Spencer Blues Explosion pasa inexcusablemente por hablar de carisma. No cabe duda que aquel que sepa cómo se las suele gastar Jon Spencer en directo no tuvo sorpresa alguna con una presentación centrada en lo que han ido siendo a lo largo de los años, pero con el paso del tiempo haciendo algo de mella en las fuerzas, pero aún así el derroche de pasión, fuerza y complicidad de los tres miembros del combo son de otra liga.
Primero abrieron Desguace Beni, banda formada por dos pesos pesados de la escena doom-sludge madrileña: a la guitarra Iñaki de Moho y a la batería Diana de Reznik. Con semejante legado era fácil decepcionar, a pesar de que el estilo rockero más clásico y sencillo del dúo nada tiene que ver con esos derroteros. A decir verdad, más que cualquier otra cosa, a Desguace Beni le falta mucha actitud. Evidentemente Diana no es ninguna maravilla a la batería, al igual que Iñaki con su guitarra, pero con algo más de rollo lúdico y enérgico quizás el concierto nos habría conseguido enganchar. Iremos viendo en futuras ocasiones, eso sí.
El sudor se instaló luego con un repaso a los mejores temas del trío neoyorquino de Blues Explosion. El repertorio, con muchos temas nuevos (o desconocidos para la mayoría) dejó algo cojo el repertorio, aunque en los primeros compases y con el abarrotado público todavía acomodándose sonaron «2Kindsa Love», «Flavor» en versión alargada y una sorprendentemente elegida «Do You Wanna Get Heavy?». Entre más y más temas desconocidos cabía tiempo para piezas más rockanroleras e incluso hasta country, pero de lo que no había ya duda es de la enorme complicidad de los 3 miembros. Si hay algo que han sabido hacer una y otra vez en escena es no salirse ninguno de su papel: Russell siempre será un prodigio a la hora de crear beats sencillos pero impactantes, así como la guitarra de Judah suele ser el complemento perfecto a la robusta y pesada guitarra de su compañero Jon. Evidentemente lo de Jon Spencer es harina de otro costal, puesto que repetimos que el derroche de entusiasmo, carisma y fuerza escénica está al alcance de muy pocos.
Fueron pasando los temas y sin duda que el ambiente se fue caldeando lo suficiente como para que el trío neoyorquino sacase lo mejor de sí mismo, mejorando mucho lo visto en sus últimas visitas a Azkena Rock Festival y Primavera Sound. Aquí jugaban en casa, así que la primera mitad de «Bellbottoms», la soberbia «Fuck Shit Up» cantada por Judah, así como otros dos sorprendentes temas de ‘Acme’ como «Magical Colors» y «High Gear» nos sabían a verdadera gloria. Hacia el final comentábamos que se echaba de menos que Jon no le diera más cancha al theremin, sobre todo viendo cómo se las sueles gastar con temas como «Attack», y justo para cerrar el concierto se marcaron una jam ruidosa de esas que los pusieron en boca de todos a finales de los años noventa.
Para el bis eligieron un repertorio algo menor, plagado de temas desconocidos. El ambiente se enfrió un poco, algo fácil de decir cuando el final de set había sido una verdadera olla a presión. De entre todo ello volvieron a destacar los clásicos marca de la casa: «Blues X Man» y la parte que nos quedaba de «Bellbottoms». Suficiente para irse a casa con una sonrisa en la cara, una camiseta sudada (por tu sudor y por el de Jon) y con una hora y media de pura fuerza. Esa fuerza que no todos los grupos de veinteañeros están dispuestos a dar.