Hay conciertos que te dejan muy sorprendido, a los que uno se piensa que va con la lección sabida y sale todo prácticamente al revés. Íbamos a ver a JC Brooks pensando en el gran show que teníamos por delante y nos encontramos en The Ugly Beats unos teloneros de los que no nos acordábamos y que pusieron la sala patas arriba.
Indaguemos pues a posteriori, esta banda de Austin factura una mezcla de rock garajero con rollo 60s y power-pop tremendamente divertido y contagioso. No suenan a clichés, ni a revival de saldo, sino a grandes canciones despreocupadas realmente de si se quedan en el rock, se acercan a la psicodelia o incluso a arranques post-punk. Con dos cantantes (bajo y guitarra) encabezando el show, otro guitarra más en la sombra, una teclista que aportaba la estética 60s y un batería de aires rockabilly.
Nada más empezar y ante el típico público tímido, alejado del escenario y escaso de la hora de empezar el grupo telonero, enseguida bajaron los tres guitarristas a caldear el ambiente con las primeras filas. Ahí ya sabíamos que la banda venía a darlo todo, a tirar una pandereta al público, a romper una cuerda de bajo, rechazar uno nuevo que traía el pipa y seguir tocñandole así, en definitiva, a dar un concierto de rock n roll memorable. Una actuación como teloneros tras la que, de verdad, podíamos irnos a casa satisfechos. Toca revisar su discografía.
Tal vez por encontrarse con una banda de apertura tan enérgica o tal vez porque para los que ya le hemos visto haya perdido algo de factor sorpresa, JC Brooks nos dio un gran concierto pero no tanto como esperábamos. La formación que vimos en el Turborrock del pasado año (con trompeta y saxofón) se vio mermada a una más clásica de rock (guitarra, bajo, batería teclado) y no resultó tan apabullante. Pero debió ser sólo ese factor sorpresa, porque desde luego encendió al público como era de esperar.
Una pega que no desluce uno de los directos más palpitantes de la actualidad y sin duda uno que se sobrepone a todo el revival soul-rockero que se está viendo en los últimos años. Brooks lo lleva dentro y lo transmite, tanto cuando interpreta sus canciones, ya clásicos contemporáneos como «I’m Trying to Break Your Heart» o «Baltimore is the New Brooklyn» como cuando le da por hacer enloquecer al público o dedica lineas de sus speeches a las protestas, la importancia del sistema educativo público e incluso causas más locales, demostrando compromiso político.
Y si a estas alturas de la película hay alguien que aún pueda salir airoso haciendo una versión de la trillada «Tainted Love», eso son JC Brooks y su banda, con todo el buen rollo y la autenticidad que desprenden sus movimientos sobre el escenario. Un nuevo éxito pero esperamos que retome e incluso amplíe por qué no, su anterior formación que le permitía balancearse con más facilidad por esos sonidos negros que paradójicamente, no demasiada gente sabe fusionar con rock con tal acierto.
