Jardín de la Croix tenían una tarea difícil el 21 de enero en la sala Caracol de Madrid: defender las canciones del que ya se puede considerar su disco más redondo con todas las entradas vendidas. En “Circadia” (Aloud Music, 2016) vuelven a hacer gala de su mayor seña de identidad: la creación de canciones laberínticas. Porque sus composiciones, aunque sorprendentemente precisas, siempre son un misterio para el oyente que se adentra en ellas.
Y esto no podía ser distinto en directo. Con su arrollador sonido, no accesible para todos los públicos, no permitieron concesiones a la hora de desenfundar tema tras tema de un rock progresivo instrumental que te deja pegado en tu sitio. Su pericia técnica, de la que muchos querrían presumir sobre el escenario, lo merece.
La banda, formada por Ander Carballo (guitarra y sintetizador), Israel Arias (batería), Pablo Rodríguez (guitarra) y Nacho Hernández (bajo) intercalaron nuevas y antiguas canciones a partes iguales. El arranque llegó con fuerza gracias a “Flowers and Carrion”, una de las canciones más adictivas de «Circadia». Y continuaron recordando el que muchos consideran ya uno de sus mejores temas, “Topsy’s Revenge” de su EP «187 Steps To Cross The Universe» (Lar Gravacións, 2013).
Entre el repertorio elegido sobresalieron más creaciones de su nuevo álbum como «Seventeen Years to Hatch an Invasion», «Reversion» o «Green Arquitect», que ya van marcando su nuevo sonido con mayor presencia de los teclados, intercaladas con algunas ya clásicas como «Blacksnout Seasnail». Cerraron con «Intermareals», también de su nuevo disco, para volver poco tiempo después y despedirse con un par de bises.
No hubo casi momento para el descanso, tan solo para un breve y emotivo agradecimiento, pero tampoco para el error. Algo que se agradece.
Abrieron el concierto Syberia, que también presentaban disco, «Resiliency» (Debemur Morti Productions, 2016). Juntos, hicieron público que el rock instrumental cada día atrae a más gente.
