El concierto de Jacuzzi Boys en la sala Siroco de Madrid iba para cosa grande. El ambiente de los chavales que llenaban las primeras filas así parecían demostrarlo. Igualmente el sonido siempre impecable de la renovada sala. También ayudaba que fuera hiciese frío y que dentro la cosa estuviera muy caldeada. Pero, como tantas otras noches ya nos ha tocado vivir, la cosa se quedó a medias.
El trío de Miami es especial, dentro de toda esa inmensa hornada de bandas que beben del garage, del surf y del punk-rock. No hacen nada especial, claro, pero hay que reconocer que entre todas las formaciones de las que hablábamos anteriormente son de los que mejor saben llevarlo a cabo al directo. Algo así como decir que son una de las bandas más sólidas del género, o al menos sus melodías pop nos hicieron verlo así.
Así que si la banda tenía a su público metido en el bolsillo, y hasta en el camerino en cuanto terminó el show, su rácano repertorio de menos de una hora se convirtió en un jarro de agua fría. Hasta consiguieron calmar los ánimos exageradamente altos de ese sector juvenil que pogueo y bailó. Y todo eso, por no haber cedido y haber hecho un concierto un poco más largo. Un clásico.
Con los teloneros, las chicas de Sangre, nos pasó un poco lo contrario: su estilo y sus canciones son canciones que no ya hemos visto muchas veces antes, pero en directo la cosa mejora considerablemente aunque sea por tener un repertorio divertido.