Presentación en la capital de «Bound For The Shine» justo en el momento correcto, aunque aún alguno estuviera terminando de sacarle todo el jugo al reciente disco. Finalmente, It’s Not Not se dejaron los teloneros en casa y salvo por el tiempo de espera la cosa quedó la mar de maja.
Noche fría en la calle y aún más en los primeros compases del concierto. Ni el arrollador inicio de «Outerspace» ni los posteriores devaneos molestos de Joel al público, a pie de pista, con momentos clave como «Sailing The Night» o «Run For Your Life» consiguieron poner a la gente a bailar y desfasar.
Claro que para desfasar ya estaba el propio Joel: ahora voy y te quito la gorra, luego os sobo a todos mientras canto, doy saltitos con un bolso, me llevo las gafas del otro, tiro el micro por los aires… A decir verdad, fue más el propio caos del cantante catalán el que metió de lleno a la gente en el concierto y no tanto la correcta labor musical de Rubén a la guitarra, Raúl al bajo (lo de los coros nos lo callamos por que apenas se le oía) y el aclamado Piti (Doherty) a la batería. Algo ayudaron la festividad de «The Bright Side» o el sonido algo más cafre de «Say More, Say More!» para que la recta final del concierto fuera un derroche de energía por parte de todos.
Joel se sacó la flauta en el comienzo de «Comes And Goes», la lanzó y ya se montó el caos marca de la casa, ahora con público incluido. Los problemas de sonido de bajo y coros en Raul se habían solucionado y que mejor que tirar del sonido neoyorquino de Liars en «Do Not Enter The Wood Alone» o del pop divertido y luminoso de «Sorry I’m In Love».
El resto del concierto bien podría ser algo así como una muestra de show divertido, salvaje y caótico como los que han servido para encumbrar a gente como LCD Soundsystem o !!!. «Pills And Coffees» con Joel bailando entre la gente, «Snake’s Tongue» con un gran Piti a las baquetas y una escapada por encima de la barra del cantante y final del concierto… Bueno, luego volvieron a salir un par de veces destacando momentos como la hardcore «Fuckin’ Bullshit» reconvertida en «Fuckin’ Robinho» y un final apabullante con «Ups And Downs» y la sala a punto de explotar.
De los directos más divertidos que uno puede encontrarse aquí y fuera. Caos, catarsis, caradura y un sudor que terminó convenciendo a todos los allí presentes.