No hay mal que dure cien años, y si es unos pocos meses todavía mejor, que es el tiempo que nos han dejado en vilo Incubus a los que esperábamos con ansia su anterior cita en Barcelona, que fue cancelada por una operación delicada que tubo que hacerse el guitarrista Mike ‘Harpo Marx’ Einziger.
Después de comprobar con una extensa cola el increíble poder de convocatoria de estos chicos, y aumentar de éste modo el desconcierto de que una banda así no sea convocada en un estadio de deportes; pudimos entrar y comprobar el directo de Puggy, desconocida banda belga que presentó una arriesgada propuesta con estructuras rock pausadas y ligeramente progresivas con mucho énfasis en la melodía, y con un trabajo vocal claramente inspirado en Matt Bellamy (Muse); entre ésta mezcla y el sorprendente uso que le sacó el frontman a una sola acústica para absolutamente todas las partes de guitarra, Puggy defendieron su estatus de banda prometedora, ojala sepamos de ellos más adelante.
Sin demasiada demora unos deseados Incubus echaron Razzmatazz abajo con el mismo par de temas que se encargan de abrir su último álbum: la intro Quicksand y el terremoto de A Kiss To Send Us Off, que dejó a todos extasiados y sin aliento; sin embargo para bien o para mal sólo acababa de empezar lo que iban a ser todos sus temas más cañeros del concierto concentrados; primeramente con la más relajada Wish You Were Here para seguir con la gran canción que es Anna Molly, y dos agradables recuperaciones, primero Pistola y luego Vitamin, todo un sorpresón para quién ya había perdida toda esperanza de oír temas del SCIENCE en vivo, concretamente uno que, injustamente, no llegó a tener demasiada repercusión.
El sudor era el amo de la pista, la adrenalina intentaba hacerle la competencia, y el insoportable calor parecía no poder empañar lo que hasta el momento era un concierto fabuloso, aunque por algún incomprensible motivo Incubus decidieron empezar un recital de varias de sus canciones más lentas; muy buenas por otro lado; pero cuestionable su encadenamiento en un directo; entre ésto, la poca comunicación banda-público, y un sonido un tanto «vacío» respecto a sus álbumes, la sensación fue de un ligero desencanto.
Por suerte después de la imprescindible Drive vinieron las más animadas Megalomaniac y Sick Sad Little World (otra inesperada y acertada sorpresa), e incluso tuvo cabida una versión de Let’s Go Crazy de Prince, que dado el tiempo disponible y la dilatada carrera de Incubus, quizás se la hubiesen podido ahorrar.
Oil And Water y Dig, ambas de su último disco, sirvieron para dar un tranquilo punto y aparte antes de los bises.
Y aquí Incubus con sus tres temas que cerraron el concierto no supieron rematarlo; tenían las canciones, ya no hace falta ir a buscarlas en SCIENCE o Make Yourself, Light Grenades mismo tiene Rogues y la homónima Light Grenades, dos canciones potentes, directas, que se corean solas, pero que por algún motivo decidieron descartarlas por otras muchas canciones que por separado serán muy bonitas, pero ponerlas seguidas en un directo dónde la gente está sedienta de canciones contundentes deja con ganas de más.
Por otro lado poniendo las cosas en su sitio sigue siendo innegable que son una gran banda, tocaron algunas canciones que para nada esperaba, tuvieron momentos tremendamente acertados como el inicio de concierto y algunos momentos puntuales y toda queja posible ya juega en el campo de «lo que hubiese podido ser». Es difícil pensar que a estas alturas les dé a Incubus por reinventar sus directos o volver a sus inicios, o incluso por tirar de un equilibrio más motivador del tipo de canciones que incorporan en sus setlists, pero siguen siendo una de las bandas dominantes por mérito propio del rock alternativo actual, y una garantía de buen disfrute.
