A pesar de que ya habían pasado a principios de año por la ciudad presentando “H”, la segunda vuelta de Havalina a Sevilla en 2012 se saldó con una buena asistencia de público en la sala Fun Club. Su rock oscuro muy emocional, apto tanto para amantes del indie como de sonidos más duros, y la solidez de su directo han ido calando con el paso de los años y de las giras; creándose una buena base de fieles que acude a verles cada vez que están de paso.
Por tanto no extrañó que, casi una hora después de la apertura de puertas, subiera el trío madrileño entre vítores. Tras una intro para crear ambiente, comenzaron fuerte con el primer sencillo de su nueva obra, “Norte”, cuyo repetitivo riff fue inmediatamente reconocido. Su cadencia obsesiva y su poso siniestro hicieron que nos acordáramos de The Cure, una de sus más claras influencias de toda su carrera, en la que es desde ya una de las composiciones clave de la banda.
No tardaron en caer temas antiguos como “Sueños de esquimal” de su álbum ‘revelación’ “Imperfección” o “Tu ciudad”, que dejaron constancia de su vertiente más grunge y stoner que remite a Soundgarden o Queens of the Stone Age. Y es que Manuel Cabezalí e Ignacio Celma le infunden una intensidad a guitarra y bajo comparable a la de las glorias del rock de los noventa.
Conforme avanzaban los temas, comprobamos que el repertorio estaba compuesto por canciones de sus tres últimas obras, sobre todo de las dos últimas; dejando claro que Manuel y sus compañeros no viven del pasado y siguen apostando fuertemente por su producción actual.
Con “Las hojas secas” pusieron el contrapunto progresivo, con un deje muy Toundra, mientras que otros temas fuertes de “H”, como “La Antártida empieza aquí” o “Viaje al Sol”, volvieron a dejar constancia de que la contundencia es tan importante como la melodía en la música de los madrileños. Más tarde, tiraron de su lado más acústico en “Animal dormido, animal despierto”, pero finalizaron el set de nuevo con aires progresivos con “Música para peces”, mostrando todo su virtuosismo.
Evidentemente, nadie quería que la cosa acabara así y tuvieron que volver para tocar un puñado de temas más; finalizando la velada con una celebradísima “Incursiones” durante la que se atrevieron a bajar, Javier Couceiro con bombo incluído, a tocar entre el público. Vamos, que si la mayor parte de sus noches siguen siendo así, Havalina merecen todo beneplácito que reciban.