/Crónicas///

Happiness Project, The – Bilbao (09/10/2009)

Adrian Valle, Balty Albiol, Jose Pitarch
7.3
Depto.06, 3/4 de sala
Precio: 6 €

Segunda incursión en la oscuridad del Depto.06 para un triplete nacional de viernes. Meido y Yakuzi dos bandas de casa a reivindicar y The Happiness Project, de la provincia de Castellón. La cosa pintaba bien, pese a que volvimos a sufrir el calor del tardío verano bilbaíno y de la sala que no conseguían disipar los improvisados ventiladores colgados del techo.

Meido sonaron arolladores con su inclasificable mezcla de post-hardcore y metal que arroja influencias desde Fugazi o Sonic Youth hasta Jesus Lizard o Unsane, pasando en nuestros terrenos por los reivindicados Dut. En esto también cuenta que elijan el euskera para expeler su rabia. Resumiendo, crudeza ferruginosa pero ejecutada a velocidad de centrifugador punk. Esperamos con ganas un disco largo que les permita posicionarse bien en la escena, aunque sea la local.

Yakuzi por su parte clavaron su milimétrico post-rock demostrando su precisión instrumental a la hora de llevar al directo la brillantez que en su caso si, hemos podido paladear en disco. Las influencias del post-hardcore y el jazz siguen presentes y eso les hace una banda bastante personal al menos dentro de nuestras fronteras. Tal vez no sonaron lo contundentes que otras veces, pero lo hicieron bien igualmente.

Algo raro sucedió porque cuando llegó el turno de los visitantes el sonido más que correcto hasta entonces comenzó a degenerar. No sabemos si fue cosa de que el trío no supo adaptar su equipo a las condiciones del lugar o que lo quisieron así. Personalmente y viendo la distancia que media entre su debut y el segundo disco, «The Incredible Human Cannonball», este último de producción más sucia, diría que ellos quisieron potenciar el ruido, lo cual queda bien para que los momentos de ambiente queden más crispados, pero provoca que cuando todos los instrumentos suenan a tope, eso sea una bola de ruido infernal en la que la nitidez brilla por su ausencia.

Como era de esperar, su repertorio se ciñó a los temas de su mentada segunda referencia, lo cual para mi sigue siendo una pena. Y no es que «Johnny Polo» o «Pluja Means Rains» no sean grandes canciones, pero se echa de mano el pulso electrónico-progresivo de temas como «Drag Me Through the Dogs Cage» o «A Star on Earth». Por contra, sus nuevos temas ganan en contraste, pasajes sentimentales se transforman en frenéticas estampidas metálicas, con la oscuridad siempre de por medio.

En fin, pese a la pega más o menos subjetiva del sonido, se les pidió bis y ellos, que parecía que tuvieran el setlist muy marcado decidieron tocar un tema antiguo aclarando que no lo tenían ensayado y que podía salir cualquier cosa. Me alegré al comprobar que este tema antiguo era la enorme «Stendhal Syndrome», si bien acusó enormemente el tema del sonido quedando la grandeza melódica que la hace sobresalir dentro del repertorio de THP, más que solapada por el ruido de la distorsión.

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9 de octubre de 2009