Menudo diciembre de conciertos. Y encima, pocos días después de tener a un Jello Biafra entre nosotros, le cae a Bilbao la suerte de ser la única ciudad europea en que tocan todos unos Adolescents junto a unos Germs. Vamos, dos grandes grandísimos del hardcore angelino que uno, pese a no haber vivido esa época ni haberlos mamado se veía obligado a asistir, ya sea por lo sonado de la cita, por la influencia de aquel movimiento en el rock americano (recordemos incluso que Pat Smear acabaría como músico de apoyo de Nirvana y Foo Fighters) o simplemente por poder saborear una porción de lo que fue una revolución en la música popular.
Abrieron los Adolescents, portadores de un sonido más melódico, festivo y que se presta a ser coreado por momentos, claro y crudo antecedente de todo el hardcore melódico de Bad Religion y sucedáneos posteriores. Cuentan con irresistibles canciones dentro de su estilo como «Who is Who», «Kids of the Black Hole» o «Rip It Up» a las que el público respondió en todo momento. A destacar como no, la presencia de su líder Tony Cadena, que no paró quieto y fue constantemente llevado a hombros y levantado entre el público.
A destacar en ambos conciertos el papel de un par de porteadores que animaron el concierto sobremanera posibilitando a los cantantes todo tipo de juegos con la audiencia y los recovecos del local. Aparte de esta presencia pletórica de Cadena y del otro miembro fundador, el sonriente bajista Steve Soto destacaba sobremanera la presencia en la banda de lo que viene a ser un «adolescent» en el sentido estricto de la palabra, un chaval que tenía toda la pinta de ser el hijo de Cadena, el cual es en todo caso muy afortunado de estar tocando con Adolescents en vez de estar haciendo versiones de Sum41. Cumplía bastante bien la verdad.
El momento más apoteósico del concierto fue con toda probabilidad «Amoeba», la más coreada de todas con Cadena a hombros espetando estrofas y estribillo al público, con muchas manos en alto y los pogos, que en mayor o menor medida no faltaron durante todo el concierto. Se nos hizo corto muy corto y nos quedamos con ganas de más, aunque no sabemos si su set es así o se recortó en función de los Germs, que venían en calidad de grupo principal.
Lo cierto es que no está del todo claro por qué Germs eran cabeza de cartel. Al fin y al cabo, ambos eran grupos recientemente reformados para girar, de la misma época del punk-rock del mismo área, etc. Para colmo, Adolescents venían con sus miembros fundadores mientras que The Germs con un frontman y cantante diferente. Hablamos de Shane West, actor que hizo del malogrado Darby Crash en «What We Do Is Secret» una película sobre la banda y se reveló en un concierto de presentación el film como un sustituto tan bueno que bien merecía la reunión.
Si decíamos que Adolescents influyeron mucho en la escena skate-punk de california, de Germs podríamos decir que fueron fundamentales para el nacimiento de bandas como Mudhoney, L7 o los propios Nirvana. Y lo cierto es que era la primera vez que pisaban Europa. De frontman ejerció el caricaturesco batería Dom Bolles ataviado con un gorro de piel de borrego un tanto fuera de lugar. Lorna Doom al bajo, siempre sonriente incluso cuando están machacando al personal a base de repetitivos y veloces ritmos y Pat Smear mantenían el tipo más o menos estáticos en el escenario, seguramente más por espacio que otra cosa.
Pero Shane West dio juego como si estuviéramos en los 80 y esto fuera realmente un concierto de jóvenes enfadados con el mundo. Claro que uno no podía evitar pensar que todo era pose y estaba haciendo el papel de su predecesor, al que de hecho imita en todo lo que puede. De nuevo los portadores se ofrecieron a levantarle y ayudarle a subir a cualquier rincón, aunque él apuntó más alto y se encaramó a la parte superior de la jaula… los más fans le hacían señas para que saltará desde ahí al público pero no quiso arriesgarse.
Pero lo cierto es que requiere preparación física el poder cantar/bramar estas canciones en directo, que además se vieron muy recrudecidas y desprovistas de melodías en función del hardcore más básico y arrollador, con lo cual la voz y presencia del frontman se hacían más protagonistas. «Lexicon Devil» o «What We Do Is Secret» fueron de los momentos más aclamados de la noche pero todo el concierto mantuvo el mismo nivel, es dificil hablar de hits dentro de un género como el hardcore en el que cada canción es un asalto directo a la yugular.
En defintiiva un doble cartel que nos alegramos de haber presenciado, porque pocos conciertos con tanto trasfondo histórico tiene uno ocasión de ver… y los supervivientes del rock cada vez son menos.