Grupo de referencia en lo que al stoner y al hard rock actual se refiere, Fu Manchu escogieron Barcelona como uno de los sitios dónde hacer la gira de presentación de su cojonudo nuevo disco, del que lamentablemente, junto con sus dos anteriores trabajos, apenas tuvieron en cuenta a la hora de escoger el setlist, por paradójico que parezca.
Pero ciñámonos al orden de los sucesos, y la banda Valient Thorr, de quien pocos habíamos oido hablar, resultaron ser un auténtico huracán destrozasalas, convirtiéndose en la gran sorpresa de la noche, y con una actitud de directo mucho más involucrada con el público que el grupo principal.
Con unas cancionazas del hard rock psicodélico más arrollador, y con un cantante que se bajaba a la pista a bailar con el público, se subía a la barra de consumiciones mientras cantaba… todo un festival que culminó cuando metido en medio del público consiguió que toda la sala se agachase a su son mientras con un extenso discurso nos transmitió el mensaje de que todos somos iguales; creo que muchos allí jamás habíamos visto nada parecido en un concierto.
Con un ambiente de público inmejorable debido al estupendo trabajo de los susodichos teloneros, salieron tras unos veinte minutos Fu Manchu a escena, regodeándose en temas de sus primeros discos, como Pigeon Toe y Laserbl’ast!, que si bien no sonaban nada mal, dejaron con ganas de algo más contundente.
Empezó entonces el inconfundible inicio de Hung Out To Dry, una de sus mejores canciones recientes, que hizo esperar un recital de los mejores temas del nuevo disco… pero desgraciadamente no fue así, inmediatamente se volvió a las añejas (aunque por otra parte estupendas) Weird Beard, Saturn III o Hell on Wheels.
Medio perdida por ahí tocaron Mongoose, escandalo que fuese la única representante de este fenomenal disco que es California Crossing, mientras que a Start The Machine, el disco favorito de un servidor, lo borraron de un plumazo: ni una canción tocaron.
A pesar de la cañera y homónima We Must Obey, se echó muy en falta la inclusión de más temas del último disco, y para colmo una de las tres que metieron fue Sensei vs Sensei: una de las canciones más coñazo que poblan We Must Obey.
Afortunadamente no faltaron clásicos del grupo como Evil Eye, o King of the road; y en la tanda de bises mejoró mucho la impresión del concierto terminando con Boogie Van y Godzilla, versión de la canción original de Blue Oyster Cult.
La disposición del grupo fue poco más que correcta, si bien el buen papel de los teloneros jugaba en su contra, y el concierto tuvo una duración más bien modesta, teniendo en cuenta el repertorio que tienen éstos muchachos.
En definitiva, no hay duda que es una gran banda de directo, y como músicos no hay nada que achacarles a la ejecución de sus canciones, aunque por desgracia el setlist tuvo ausencias monumentales y otras canciones sobrantes, que hicieron que la sensación general quedase algo por debajo de las expectativas creadas.
