Polémico como pocos fue el concierto de Drive-By Truckers ofrecieron en Bilbao. Un amplio rango de opiniones para todos los gustos acompañó las crónicas mentales de los asistentes, cosa no de extrañar ya que el propio hacer discográfico de la banda suscita opiniones de lo más extremas. En Bilbao se presentaron para muchos como el grupo más grande del southern-rock, mientras otros trataban de aguantar el bostezo. En mi opinión, no son DBT una banda cuyo objetivo sea divertir. Al fin y al cabo, la temática oscura de la América profunda, las historias cotidianas de camisa de franela y entorno semi-rural, no tienen como objetivo poner a la gente a botar.
Lo que sí sucede es que la banda tiene por costumbre hacerse los setlists un poco sobre la marcha y en este sentido el concierto pudo haber mejorado ostensiblemente, eso vaya por delante. Hubo numerosas apariciones de su último The Big To Do, si bien fueron bastante bien elegidas dentro del disco. «The Fourth Night of My Drinking» o «Birthday Boy» sonaron más que correctas en directo, evidenciando que tanto Hood como Cooley, los dos líderes y guitarristas, están más que a la altura a nivel vocal. Aunque realmente los temas que más triunfaron de esta reciente entrega fueron el single «This Fucking Job» y especialmente la explosiva «(It’s Gonna Be) I Told You So» interpretada por Shonna Tucker, la bajista que permaneció el resto del concierto en un discreto papel a un lado del escenario y tocando prácticamente de perfil al público.
Pero sin duda fueron temas como la expansiva «The Man I Shot» de su Brighter Than Creation’s Dark que cayó demasiado pronto, «Hell No I Ain’t Happy» de Decoration Day o «Women without whiskey» de Southern Rock Opera los que realmente hicieron el concierto memorable. Curiosamente, la popularidad de la banda no deja de crecer y en la misma medida sus clásicos quedan más reconocidos. La autenticidad se respiraba en el ambiente, ya fuera en ambientes de blues-rock más furioso, de folk matizado por el piano o encauzando el country-rock por los caminos de Dylan o Petty. Son una banda muy sólida y convincente en la ejecución, al margen de los grandes temas que tienen.
Capítulo de pegas. Se echaron falta canciones y tal vez la banda pudo estar más animada; se dice que más de un miembro estaba enfermo y pocos días después cancelaron varias fechas europeas, no queda claro si por enfermedad real o excesos de la carretera, ya que el whiskey corrió por el escenario. Asimismo, sobró un poco de cháchara por parte de Hood, queriéndonos meter en ambiente americano ensalzando la acción de gracias, festividad que definió como las navidades pero sin parafernalia, sólo familia y alcohol. Comentario redneck como el que más. Por otro lado hubo un extraño incidente con el tema de la fotografía en el concierto. La organización al parecer estableció que no se podía hacer fotos atribuyéndoles el deseo a la banda y la propia banda sobre el escenario desmintió esto cuando un segurata asaltó a un fotógrafo.
En fin, anécdotas aparte Drive-by Truckers ofrecieron un concierto meritorio. Tal vez no el mejor, es cierto que la primera parte del concierto, más o menos hasta que decidieron echar mano de repertorio antiguo, se vio un poco falta de intensidad. Pero creo que les basta para mantener su buena posición como uno de los grupos de rock sureño más importantes del momento. Incluso sin Jason Isbell al que la verdad, se echa de menos.
Por cierto que antes estuvieron los Whybirds, que siendo de la misma Londres se presentaron de forma inmejorable como banda de rock americanista muy al estilo de sus teloneados. Dentro de esos parámetros sureños, pero con un estilo más directo, rockero y melódico, algo más power-pop podríamos decir, agradaron a todo el personal y movieron a la gente como si ya conociéramos sus canciones. Apuntan maneras muy buenas e incluso hay a quién le gustaron más que el plato fuerte de la noche, les seguiremos la pista y seguro que nos los encontramos en un Azkena de estos.