Bajando la madrileña calle Arenal, con un calorcete veraniego, uno se topa con una panda de melenudos con barba haciendo fila junto a una iglesia. No, no, que resulta que al lado de dicho evento sacro había una sala con todo un Phil Anselmo dentro.
La expectación por ver la primera gira de Down en España, tras 13 años desde que su debut, «NOLA», viera la luz era máxima. A cualquiera de esa cola le podríamos haber preguntado que esperaba y casi seguro que era poco mas o menos lo que tuvimos horas después en el antiguo teatro Eslava. Si acaso, faltó que el pobre Phil hubiera estado al 100 % de salud, pero en cuanto a la potencia, expresividad y cercanía en cualquiera de sus miembros no hay pegas posibles.
Otro punto feo fue eso de que pusieran una película a modo de telonero. Inicialmente la cosa podía pintar bien y de hecho si antes me hubieran dicho que íbamos a ver vídeos en directo de Black Flag, Black Sabbath, Deep Purple o AC/DC hubiera dicho: ¡Genial! Pero cuando llevas ya como una hora esperando a que la película, tras un retraso sobre el horario de media hora la broma deja de tener gracia. Vamos, que como música de ambiente hubiera colado, pero darle tanta importancia era carente de mucha lógica… si acaso, por el espectacular final (¡puramente metalero!) con impactantes imágenes del grupo para que el telón cayera de golpe.
En ese momento las guitarras de Peeper Keenan y Kirk Windstein ya estaban supurando distorsión que parecía apuntara a un riff rápido como el del inicio de «Lifer», pero que para cuando Phil Anselmo salió al escenario (entre un griterio ensordecedor) se tornó en un inicio mas sureño «Hail The Leaf». La potencia de guitarras era inequívocamente eficaz entre todo el mundo con momentazos en los primeros compases como los de las también primeras piezas de «NOLA»: «Pillars Of Eternity» y (ahora sí) «Lifer». A decir verdad, cualquier tema de «NOLA» entraba el doble de bien, pero no adelantemos acontecimientos.
El problema ya se hacía evidente, era Anselmo. El tío estaba ahí de pie, sintiendo lo que cantaba y de un carácter sorprendentemente cercano y dicharachero con todo el mundo, pero sin embargo la voz se le oía muy poco. Poco a poco, además vimos que Phil paraba en ciertos momentos el concierto a respirar. A pesar de todos esos momentos chungos (definitivamente, estaba el pobre hombre pachucho), es una verdadera delicia ver encima de un escenario a un frontman con mayúsculas como Phil. Al margen de que a la voz estuviera simplemente justito (temas nuevos como «On March The Saints» y «3 Suns 1 Star» se salvaron de la quema por un increíble sonido por parte del resto de la banda), su presencia, actuación y simpleza a la hora de meterse a todos al bolsillo deberían ser estudiadas por la amplia mayoría de estrellas del rock/metal actual.
Siguiendo con el concierto, el punto de inflexión llegó con la jammie «Learn From This Mistake» que se estaba extendiendo gustosamente entre el sector mas rockero y menos metalero. Dicho tema además, supuso la confirmación de que Phil no estaba bien físicamente, pues después de darle una palmadita en la espalda a Keenan se marcho al pasillo a (según dicen, desde mi posición no pude ser tan escatológico) vomitar. Tras 3 minutillos de solos de guitarra perfectamente improvisados por la banda, Phil volvió como si nada y siguió cantando. Otra prueba de que guste mas o menos, encima de un escenario es verdaderamente único. El set normal siguió en similar tesitura con la brillante guitarra de clásicos como «Temptation’s Wings» o «Losing All», así como nuevas piezas que no desentonaron tanto en directo como «N.O.D» o «Beneath The Tides».
Ya en los bises, y con el grupo recreándose mucho menos en los detalles (supongo que sería cuestión de que Phil andaba cada vez peor) pasaron por una celebrada «New Orleans Is A Dying Whore» y una excepcional «Stone The Crow» en la que Anselmo sacó fuerzas y voz de dónde no le quedaba, ayudándose del devoto público.
La sala fue un hervidero toda la noche, la gente salía de allí con una cara de felicidad equiparable a la de los propios miembros de la banda contentos de ver a la gente disfrutar. Incluso el enfermo Phil, aunque menos rato, se fue despidiendo de las primeras filas. Vamos, que igual ¡hasta vuelven pronto! Quien sabe…