/Crónicas///

In Defence – Madrid (14/10/2009)

Ben, Tom, Tony, Jef y Jerry
6.5
Wurlitzer Ballroom, 1/3 de sala
Precio: 6 €
Géneros:

Me desplazo sabiendo lo intempestivo de los horarios de Wurlitzer entre semana, sobre todo por ver a la banda madrileña, El Ego, otra más, de las agradables sorpresas que nos está deparando el metal nacional. Por suerte les pude ver en Ritmo y Compás (han suspendido en dos ocasiones después), y me lleve una sensación agridulce. Mucha garra la desmostrada en el escenario, pero si algo caracteriza el sonido de una banda a la usanza de bandas suecas como At The Gates o In Flames, son las características guitarras del estilo. Allí no estuvieron nada definidas y al no haber excesivo público, ver de primeras a la banda, el resultado fue algo frío. En esta ocasión, volvió a pasar tres cuartas partes de lo mismo con las guitarras. El sonido apabullante, pero nuevamente las dos guitarras aparecían muy tapadas entre la potencia del sonido. Sólo en el último tema parecieron escucharse un poco mejor las guitarras. Pero en esta ocasión y a pesar de lo dicho, una sala más pequeña, aunque con escaso público, fue mano de santo para El Ego. El sonido mucho más directo y un Jorge dejándose la voz hacen muy recomendable no perderse a esta gente en vivo. Del repertorio me quedo con «Bastard Mask», el tema que más me gusta del disco y el que más me llega en directo.

Lo de In Defence, pues no se. La verdad es que no les había escuchado. Y sigo sin escucharles en CD. Pero la verdad es que tampoco hacia falta, para una propuesta directa a la yugular, pero con dos partes bien diferenciadas. Cuando tocaban y cuando no. Cuando tocaban, actidud con mayúscula, brutísimos y directos al grano, con bailes y pogos de la gente para grabarlos. Cuando no tocaban, graciosos al principio con lo de «el baño» y luego repetitivos hasta la saciedad. Excesivos parones entre tema y tema para un repertorio que lo que requiere es continuidad y no dar descanso al público. Me acabaron cansando, pero no por su música, sino por los parones sin sentido (quizás el sentido estaba en que el cantante cogiera aliento) que hacían que fuera infinitamente mayor el tiempo dedicado a las arengas que a la música. Y todo eso un miércoles a las tantas. Era un concierto (y unas horas) que requerían otro ritmo.

A esperar para volver a ver a El Ego, espero, que esta vez sí, como sonaron en el último tema y a In Defence espero que se dejen las charlas en su siguiente visita para el bar con los colegas. Si hubieran interpretado su repertorio a saco, fijo, que estaría haciéndoles reverencias.

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14 de octubre de 2009