Regreso del ex-cantante de Clann Zú, Declan de Barra, a España con una amplia gira. En esta ocasión su paso por Madrid fue en una sala mucho más reconocida en el circuito de conciertos de Madrid, la oscura y poco luminosa Wurlitzer Ballroom. Mucho menos bello que el concierto especialmente íntimo que tuvimos la otra vez, pero mucho mejor de cara a la atracción de público y de buen sonido.
A pesar de que Holmes ejercían de teloneros, la diferencia en numero entre Declan (en solitario) y los propios suecos, hizo que comenzará el irlandés. A priori, una muy buena idea para una sala que suele abrir muy tarde, para así poder conseguir economizar horarios. Muy bien en ese aspecto, pero muy mal tener que disfrutar apenas media hora de Declan De Barra y un concierto excesivamente largo de los suecos. La noche avanzaba y ellos, muy tímidos, iban deslavazando temas bastante interesantes y bien instrumentados, pero sin llegar a adquirir las dimensiones de seguridad que has de tener para convencer a la gente con un concierto tan calmado. Al final, sacaron la vena postrock de improvisto, para de un golpe tirar lo lineal de su concierto y ponerlo un peldaño más alto. Esperemos que sigan por ese camino algo más experimental, pues se les da mejor.
Antes, la portentosa voz del señor De Barra había retumbado de manera demasiado impactante y eso les pasó factura. Su garganta es digna de escuchar en distancias cortas. Igual que su carisma a la hora de contar cualquier asunto serio o de broma, entre versiones desnudas de sus canciones: solo a la guitarra tuvo su momento álgido nada más empezar con «Throw Your Arms Around Me», con el shruti box de fondo en «Leaves In The Autumn» y con «Until The Morning Comes» como mejor ejemplo de su nuevo disco.
Mucho mejor en un ambiente todavía más íntimo (pues en realidad lo fue) o con el acompañamiento de un chelista, pero lo que dolió fue lo de dejarse la siempre agradecida «One Bedroom Apartment» de Clann Zú a capella, como es tradición. A pesar de todo, un placer ver encima de un escenario a alguien capaz de transmitir tanta emoción y sentimiento sólo a golpe de garganta. Un genio.