Por dos veces ya que Springsteen decidía hacer la première de su tour con la E Street Band en España (con «The Rising» fue Paris, pero con la reunión fue Barcelona). En este caso, tocaba en Madrid comenzar la mini gira europea incluyendo en esta oportunidad una segunda fecha en España con su paso por el BEC de Barakaldo el día después, cosa que sólo pasará también en Alemania.
| EL JEFE SIEMPRE LLEGA CUANDO QUIERE |
Tras enormes problemas a la hora de comprar entradas gracias a lo deficiente del sistema Tick Tack Ticket y justo antes de que salieran a la venta las entradas para verano en Barcelona llegaba la esperada y habitual mini gira de presentación por Europa en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid. Springsteen – según pudimos saber – acudió a Madrid directamente el domingo 25 de noviembre desde EEUU. Esto no sería muy de renombrar de no ser por qué el jet lag y el cansancio del vuelo deberían atolondrar hasta al más duro de los duros. Además, la salida de Bruce y la E Street Band se demoró por unos 45 minutos largos que solamente divirtieron a los Príncipes de Asturias y la Infanta Dª Elena que se lo pasaron pipa haciendo la ola.
Pero cuando sale a escena alguien de la talla del de Nueva Jersey y sus compañeros de fatiga ya uno olvida todo. ¿Qué si no se ha tomado en serio el concierto y ha venido «con la hora pegada»? Pues quién lo diría. Yo más bien vi ganas de vernos a todos con un rugido antes de «Radio Nowhere» («Is there anybody alive out there?!»). ¿Qué el set list fue excesivamente cuidadoso y poco condescendiente con los fans? Yo más bien creo que el de Madrid necesitaba ser el show sólido desde el que cimentar un buen tour y alternando canciones.
En cualquier caso, el ambiente reinante era para bien o para mal el de las citas especiales. Bruce Springsteen & The E Street Band delante de apenas 13.000 personas no ocurre todos los días y las perfectas inyecciones de fuerza de «No Surrender» y «Lonesome Day» reforzaron todo lo dicho. El tiempo de momentos nuevos continúo el set con una «Gypsy Biker» que cede cierto protagonismo a Litte Steven y de «Magic» en Soozie (Patti no estuvo). Ambas no fueron las piezas más destacadas en la reinterpretación de «Magic», pero al menos hizo fácil entrar en calor convirtiendo «verdades en mentiras».
Aunque la verdadera máquina de matar llegó después. Primero, una asombrosa y arrolladora reinvención del «Reason To Believe» olvidado de «Nebraska» que como ya habíamos oído en bootlegs del tour americano suena tan arrolladora como si Nils y Max fueran unos ZZ Top más. El tercero del tandem fantástico de la E Street Band fue el Profesor Bittan al piano, que adquirió sin problemas su rol de siempre y el del ausente Danny Federici (sustituido por un quieto y callado Giordano de la Seeger Session Band) a cargo de una soberbia «Darkness On The Edge Of Town» que no estaba en el set list. Otro regalito, esta vez más por la entrega de Bruce fue «Candy’s Room», poco habitual en sus conciertos pero fija en sus dos ultimas visitas con la E a Madrid.
| ROCK DE ESTADIO MEJOR EN PABELLÓN INDOOR |
Posteriormente el show giró más en torno al Bruce de estadio que tanto gusta por aquí. Primero «She’s The One» convence muchísimo y por algo es fija en este tour a pesar de no ser de las mas queridas. Por otro lado, «Livin’ In The Future» no es todo lo «Waiting On A Sunny Day» que podría parecer y queda mucho más a la altura de rock puro y rápido. El trío lo completa una infalible «The Promised Land» que Max hizo muy suya a base de aporrear.
Conviene analizar llegado a este punto que el concierto lejos de ser ese Bruce dicharachero de estadio, que arranca vítores por lo extramusical y demás, se muestra ahora como una enorme y compacta mole de música. Una tras otra y sin respiro. Nada de presentar a la banda, pues la banda ya se presenta sola a lo largo del concierto (sobre todo, repito: Nils, Roy y muy especialmente Max). La cosa continuó por los juegos de palabra del enamoramiento y el trabajo primero con una muy buena adaptación de la reciente «I’ll Work For Your Love», otra magistral readaptación de «Tunnel Of Love» que fue de las sorpresas de la noche (aún a riesgo de ser pesado, Max colosal al doble bombo y Nils saliéndose por todos lados con el sólo) que desembocó en una «Working On The Highway» más que resultona.
El concierto llegó así a su recta final escondiendo un claro mensaje. Bruce se mostró de nuevo bastante estático y serio en estos momentos que aún así fueron los que consiguieron solventar al 100% los pequeños problemas de sonido. El mensaje político de la recta final era claro. Primero «Devil’s Arcade» para los soldados de Iraq, luego alzar los brazos como es tradición con «The Rising», el guiño a John Kerry de «Last To Die» y el análisis global de la situación política actual de «Long Walk Home». Acertadísimo y bien hilado compendio de temas que desembocó en una de las canciones que Bruce Springsteen mejor sabe llevar al directo, «Badlands». Fin de set mucho mejor de lo esperado sobre el papel. Bien trenzado. Todo de seguido. Para rematar con una de las favoritas de la gente.
| THUNDER ROAD ¿BY REQUEST?… NO |
Como decimos, casi de seguido todo el concierto y no pudo ser de otra manera en los bises. Sin hacer esperar ni una milésima, atacó el que probablemente es el mejor tema de «Magic» y también el más complejo de llevar al directo. «Girls In Their Summer Clothes» de hecho es sin duda el tema que más les cuesta, sobre todo al propio Springsteen. Pero parece que directo a directo van haciéndose con él y sus matices. Todo lo contrario que el resto de bises que fueron realmente acongojantes. En primer lugar nos hizo creer que «Thunder Road» no estaba en el set list y que en realidad iba a ser interpretado por la insistente petición de la gente (estaba en el setlist ya para ese momento) mostrando un papel que la reclamaba. Esto condicionó la reacción de la gente que hizo «Thunder Road» mas suya y emotiva de lo habitual. El momento del concierto sin duda. El resto de bises fueron aún más a lo seguro, sobre todo siendo interpretados sin dar ni medio respiro a nadie. Primero el clásico momento «Born To Run» con ya todas las luces del recinto dadas, la versión actual y rockera de «Dancing In The Dark» que es el contrapunto perfecto a la festiva y crítica «American Land» (con karaoke en las pantallas).
Podemos decir que en Bilbao se portó con un set list mas apto para los fans, pero para presentar gira y disco en Europa que mejor que tirar de «Thunder Road» y de un set más sobre seguro. Como decíamos, los cimientos para una de esas giras a las que uno sólo puede ponerle las pegas que se le ponen a los mitos. Por que queramos o no, Bruce Springsteen lo es y sin variar ni un ápice todas sus grandísimas virtudes. Siguiente parada: Bilbao. La siguiente de Madrid, en «verrano» (de boca del propio Bruce).
FOTOS:
por Alex Ruiz