Primer día con actitud ligeramente fría y seria en Madrid presagiaban un concierto de corte muy similar en el BEC de Bilbao. Nos enteramos esa misma mañana que en realidad el retraso de la llegada a la capital madrileña y ese mismo día a Bilbao (llegó pocas horas antes) era debido a un fuerte catarro cogido por el propio Bruce.
Llegando a eso de las 16:00 al Bilbao Exhibition Centre tocó hacer cola, cosa que en Madrid directamente ni se pasó por la cabeza. Y es que decía la rumorología que en una hora iban a empezar a abrir las puertas para seguir el estricto orden de las colas hacia las prometidas pulseras que dan acceso al pit delantero del recinto. Al final, nada de abrir pronto pero si que llegamos suficientemente pronto para conseguir dicha pulsera. Ello daba derecho a poder entrar y salir de la zona acotada (¡por ejemplo, para ir a por una pizza!) y sobre todo ver el concierto desde la parte final con total anchura y relax. Justo en el momento de comenzar unos pocos se saltaron la valla poblando mas esa zona sin haber pasado el frío de la cola. Eso, la seguridad contratada que consistía en chavalitos de apenas 16 años y lo de dejar pasar apenas unos cientos de a las 18:00 mientras los demás esperábamos fueron los grandes nubarrones de una organización que apenas llega al aprobado justo.
| GABON BILBAO. ¿HAY ALGUIEN VIVO AHÍ FUERA? |
De nuevo la misma intro de Madrid y el resto de ciudades. De nuevo «Radio Nowhere». Hasta ahí todo igual, o incluso el grito inicial de Bruce pidiendo viveza quedó en leve comentario al lado del de Madrid. Claro que en seguida comprobamos los que iban a ser protagonistas de la noche, en clara mejora respecto a Madrid. Aparte de la solidez de Nils, Max y Roy hubo dos piezas clave en el show que al segundo tema ya notamos. Y es que en «Night» Clarence despertó del letargo al que le llevan los años con un sensacional solo inicial mientras su colega Springsteen comenzó su particular camino de alentar a la gente. Sensacional comienzo, que esperemos no fuera interpretado para rendir homenaje a aquel programa de televisión presentado por Fuentes (que también pululaba en el pit de pulserita).
«Lonesome Day» fue otra inyección de adrenalina que estuvo rematada bastante bien por las nuevas «Gypsy Biker» y «Magic», después de que Bruce recordara en euskera que últimamente las verdades son mentiras y las mentiras verdades. Esa pequeña intervención en euskera tuvo un efecto enormemente revitalizador entre el publico, que ni consiguió igualar después tocando «Born To Run» o «Badlands». Si a ello sumamos que llegábamos a una de las partes clave de este concierto con la brutal versión 2007 de «Reason To Believe», el sorpresón de «Jackson Cage», la siempre efectiva «She’s The One» y los paseos a lo largo y ancho del escenario de «Livin’ In The Future» tenemos un caballo ganador. Esta vez si que Bruce fue más el frontman de estadio que suele ser, sin pasarse demasiado en su cometido. El BEC entró definitivamente en su bolsillo además, cuando el mismo se guardaba camisetas y banderas que le lanzaban.
Dos momentos idénticos en Madrid que aquí nos sonaron algo más pesados pero efectivos para el resto de gente. «The Promised Land» cansa más que nada por que la oímos siempre y «I’ll Work For Your Love» por qué podría apetecerse algún otro tema de «Magic». Aún así, fueron buen momento para preceder una increíble versión de «Backstreets». Otra de las múltiples sorpresas de la noche, que en este caso guardaba en Bittan al perfecto escudero de Bruce. Después, «Darlington County» provocó el baile general de toda esa gente que fue a su «concierto del año».
| MOMENTOS POLÍTICOS Y GRANDES SORPRESAS |
Después de tanta fiesta y acelerón («Backstreets» aparte) llegó un fuerte momento introspectivo y cuidado. Es la línea seguida ya el día anterior para finalizar el set normal. Primero «Devil’s Arcade», de nuevo dedicada a los soldados de Iraq, es una pieza enormemente emocionante en directo, especialmente la parte final con Max sólo interpretando con fuerza un sencillo tempo mientras todo el escenario anda en penumbras. «The Rising» después retoma las guitarras y los estribillos invitando a revivir mientras «Last To Die» continúa desde un punto de vista más actual. Finalmente «Long Walk Home» en directo es esa pieza gigantesca y de letra aguda que bien podría terminar el concierto. Pero claro, tocaba saltar y cantar con «Badlands», lo cual no está nada mal…
De nuevo casi sin respirar, «Girls In Their Summer Clothes». A Bruce le sigue costando cogerle el punto al momento vocal y menos cuando ya había demostrado que el resfriado estaba ahí para joderle alguna que otra respiración fuerte. Así que tuvo que sacar la cartera y mirar que tenía por ahí. Primero se sacó a Clarence y al gran «Tenth Avenue Freeze-Out». Muchas veces nos limitamos a decir «tocó esto» o «toco lo otro» como si con eso valiera, pero en este caso no sólo tocó ese maravilloso «Tenth Avenue Freeze-Out» sino que para colmo lo interpretó de una manera especialmente fresca y especial. Aunque más especial (quizás hable más subjetivamente que nunca) fue cuando tiró de Fender para hacer el punteo inicial de «Kitty’s Back». El publico había disfrutado mucho más de «Badlands» o de «Darlington County», pero a algunos eso nos tocó el corazón. Uno de los mejores temas de la carrera de Springsteen interpretados con una perfección envidiable unos cuantos años después.. . ¡Gracias Bruce! ¡Gracias E Street Band!
| RECTA FINAL |
No sabíamos como iba a desembocar el concierto tras esas dos interrupciones del set habitual. «Born To Run», «Dancing In The Dark» y «American Land» sería lo lógico y así fue. La selección una vez más de un final así garantiza que la gente termine con los ánimos por las nubes, muy al contrario de cuando acababa tranquilamente con el habitual «Land Of Hope & Dreams». El trío final sacó de la inopia del «Kitty’s Back» de 10 minutos anterior a toda esa gente no muy habitual de conciertos (vamos, no nos engañemos pero de los allí presentes uno podía ver claramente los que no iban a un concierto desde ¿U2?). Saltos, bailes, cánticos, chillidos… «Born To Run» supo genialmente bien para un servidor después de los momentos jam y luego «Dancing In The Dark» y «American Land» ya era un verdadero espectáculo que el público bilbaino no tenía desde hace tiempo en esta escala.
Al final todo el mundo pidiendo más a chillido limpio, pero este tour no es de los de 3 horas es de los de tocar rock, rápido y dejarse de momentos de cara a la galería. Para eso último tendremos en verano de nuevo al Boss y a su E Street Band, pero probablemente no lleguen a superar la fuerza y garra que supone tener a esta gente tan relativamente cerca. Dos días de verdadero placer musical y en el que el jefe vuelve a reivindicarse en directo…
FOTOS:
de Tante Peláez