Tres abanderados del ruido con sus tres formas diferentes de abordarlo se daban cita en el Gazte Lokala de Deusto. Comenzaron los locales Meido ejerciendo de buenos anfitriones. El trío mezcló algunos temas que ya nos suenan de «Munduko Kamioirik Handiena» con otros de «Double Dragon», recién estrenado disco que andan presentando. Su rock con tintes math y noise se nos sigue atragantando un poco en disco, la nueva entrega no mejora en ese sentido, pero en directo siguen superando esas expectativas, evitando caer en el aburrimiento pese a lo denso y poco melódico de su sonido.
La sorpresa vino con Viva Bazooka, dúo gasteiztarra a cuyo guitarrista conocemos de los recién extintos indie-punk-rockers Erizo. El formato era novedoso hace unos años, pero con la popularidad del noise-rock y lo experimental han surgido demasiadas formaciones del estilo, lo que no nos hacía esperar nada especialmente excitante a estas alturas. Nos tragamos nuestros pensamientos pronto, ya que huyeron de los lugares comunes del noise para ofrecer un sonido más orgánico, más clásico, en definitiva, más rock y no tan «post», si se nos entiende. Melodías y ritmos que hacían guiños al garaje, al punk-rock o incluso al blues aportaron dinamismo a un directo muy divertido y compenetrado.
La lección de Betunizer nos la teníamos más aprendida. Son ya unos cuantos años esperando su visita desde que soltaran esa bofetada llena de mala hostia y cachondeo que fue su primer disco. Con el segundo han rebajado el punk y la velocidad para ganar en color y ritmo. Entre ese enfocarse a su último disco y que la banda dio muestras de estar en buen momento creativo (3 canciones nuevas tocaron), sólo pudimos disfrutar de algún himno aislado del primero como «Pantano del Ardor» y por supuesto, «Teniente Corrupto» con una de sus letras más celebradas. Como lo son también las de «Cedric Ceballos» o «Imagina que matas a Jota», particulares hit-singles dentro del desquicio que es su música.
No defraudaron, si acaso lo único a lamentar de la noche fue la asistencia, pobre hasta para un recinto así. Esperamos que fuera más cosa del comienzo del verano que de poco interés por una de las bandas más carismáticas de los últimos años. Por su parte, el trío se demostró como esa apisonadora ruidosa y asfixiante, alocada y cachonda que esperábamos. Con eso y un repertorio de gancho noqueador no hay quién les pare aunque jueguen un poco al despiste con el setlist. Desde aquí sólo pedir que no se olviden de su parte más cafre, que no contar con «Repaso de huecos» o «Nada/Loco», sobre todo dado que no hubo fecha bilbaína para la presentación de aquel primer disco, es una pena. Y si lo pensamos, también nos faltaron del nuevo «El Cocotero» o «Carne y diablo»… vamos, que tienen que volver a mucho no tardar para solucionar esto.