Llevo tiempo comentándolo, pero la cosa no para de ir a más. Este submundo que nos ocupa, el de las minorías musicales, parece que no tiene fin a la hora de dar a luz bandas aupadas por el lo-fi y el DIY (vamos, bandas con mas ganas que habilidades) gracias a plataformas de Internet y a un circuito de conciertos cada vez mayor. Si hay un género del que partir sin hacer esfuerzos ese es el garage y, naturalmente, el punk rock. Ambos se valen de todo ello por definición propia, pero cada año que pasa la cosa crece. Con todas estas casualidades nos topamos con otra banda que meter en ese saco, Bass Drum of Death desde Misisipi, aunque en este caso hay que reconocer que hay un muy buen esfuerzo a la hora de crear canciones con gancho. No tanto a la hora de transmitir algo especial encima de un escenario tan mítico como el de El Sol.
El dúo (trío en directo) formado por John Barrett y Print Chouteau sonó mucho más potente en vivo que en ese debut que es «GB City», aunque con la desgana habitual de todo este tipo de bandas: con sus pitillos negros y su pelo largo cubriendo la cara. Estereotipos algo cansinos, aunque gracias a un batería que parecía tener más alma grunge en sus maneras y un guitarrista solista bastante danzarín conseguían hacerte olvidar por un rato de tood ello. Sobre todo con una pegada sensacional, ya que de hecho sonaron en conjunto mucho más punk y con el triple de fuerza y nitidez que en su trabajo de estudio. Parece que hoy en día las bandas lo de sonar mal lo hacen a propósito para que luego puedan decir que hacen «lo-fi«. Algunos preferimos que suenen las canciones un poco mejor, que hoy en día se hace solamente con un ordenador personal.
Bass Drum of Death usaron los temas de «GB City» para copar casi la totalidad del repertorio, aunque hubo tiempo para conocer algunos de sus nuevos temas. Gustó como ganaban en energía piezas tan redondas como «Nerve Jamming», «Leaves» o la propia «GB City», aunque el momento más celebrado fue el cierre con «Get Found«, tras apenas una hora de concierto, con el consiguiente descontento de la gente que esperaba al menos un bis. Quizás el problema fue más bien que estuvieron en un escenario demasiado grande para lo que hoy suponen, porque esperar más de una hora de concierto de ellos no era lo más apropiado.
Un concierto bastante decente, pero sobre todo muy prometedor para cuando el nuevo disco vea la luz. Parece que el combo tiene buenas ideas dentro de ese panorama algo repetitivo de los generos en los que pululan, como decíamos al comenzar la crónica.