Presentación de «A Shake In Calm Water» en la FNAC de Bilbao. El nuevo disco de Audience se editó ya hace unos meses pero la verdad es que sentimos que ha pasado bastante desapercibido. Demasiado para la buena estima en que tenemos a la banda quienes les hemos visto en directo. Tan sólo había escuchado su single «Wide Man», correcto ejercicio de estilo americanista aunque me dejó un sabor un tanto tibio frente a las excitantes composiciones de «Trying Wings on Roots». Todo pintaba a que los de Gernika habían dejado las alas y se habían entregado mucho más a las raíces esta vez.
Por ello, aún sin el repertorio nuevo aprendido, esta era una buena oportunidad para descubrir su nuevo repertorio, a la espera de un concierto propiamente dicho en sala. Y lo cierto es que el quinteto se marcó un bolo de casi una hora, lo cual no es ninguna broma y el sonido y potencia de la cafetería de la tienda no dejó para nada que desear.
Total, que ya en la primera canción notamos como la contundencia rockera dejaba paso a sabores más folkies, pero interpretados con un gusto y un alma al que no se pueden poner peros. Enseguida llegó la citada «Wide Man» y primera muestra de que, pese a su elegancia en disco, estos chicos siguen derrochando carisma en directo. Su gran baza a nivel escénico, como siempre, sus tres multiinstrumentistas al frente, que continúan compaginando el micrófono con las guitarras, el teclado, el violín, percusiones, etc. Tras ellos una solidísima base de bajo, discreto pero presente y batería, que cuenta con más espacio para el lucimiento. Un gran engranaje.
En fin, que así fueron desgranando temas de su última obra, una de ellas en euskera, unos de corte más relajado, otros más desgarrado, otros más rockeros, etc. y entendimos una vez más porque sus comparaciones con iconos del sonido americana, ya que son tal vez y desde que abandonaron sus inicios más experimentales, el mejor exponente vasco de este tipo de sonidos. Cada vez suenan más clásicos y por ende, genuinos.
«Playing Sad Our Songs» con su escalada rítmica llegó para salirse un poco del tono estricto de presentación de disco y entonces nos acordamos de lo bien que les sienta el toque más blues-rock, en oposición a los aires folkies desplegados hasta ese punto. Da gusto como siempre ver a una banda creyéndose lo que hace y su cantante principal lo vive como el que más, con sus gestos, caras, estallidos vocales cerca o lejos del micro (lo cual, al estar en un sitio tan reducido tampoco importaba demasiado). Su voz además casa muy bien con las más hondas y tristonas de sus compañeros, baza esta que suele marcar a grandes bandas del género, con dos o tres vocalistas, desde los Jayhawks a los Drive-By Truckers.
En fin que el recorrido siguió por nuevos temas, ya de corte menos plácido y recaló en el ya himno redneck local por antonomasia, «Small Town», aunque en la FNAC no procediera al baile como si en un granero nos encontráramos. La cosa terminó con una absolutamente genial versión que no supe reconocer y al parecer fue «You’re Gonna need Somebody on your bond» del clásico bluesman Blind Willie Johnson . En todo caso, fue interpretada con ritmo y sangre y lo que tenía pinta de entretenimiento y presentación de disco terminó siendo mucho más placentero que muchos conciertos que tiene uno oportunidad de ver en salas propiamente dichas.